Ramatís

perfecta afinidad y cohesión con todos los factores inherentes a 
cada tipo humano.

Para que podáis entender mejor lo que preguntáis, recor-

damos lo que ya os hemos dicho anteriormente, esto es, que 
el mismo tipo de fluido dañino “descendido” del periespíritu al 
cuerpo carnal, que se acumula preferentemente en la región car-
diopulmonar, se modifica en su acción deletérea cuando fluye 
entre individuos que difieren entre sí, en su resistencia bioló-
gica. en algunos seres, los venenos psíquicos pueden producir 
la arritmia cardíaca, la miocarditis, el mal azul, la angina o el 
infarto; pero actuando en otros, aunque sea en la misma región 
torácica, causan la bronquitis o la gripe crónica, la pleuresía o 
la neumonía. en los individuos de ascendencia hereditaria más 
débil, el mismo miasma puede establecer terreno electivo para 
la tuberculosis, al tornarse óptimo alimento para la colectividad 
microbiana del bacilo de Koch.

Por eso, un individuo curado de tuberculosis a los 40 años 

de edad, cuando todavía le quedaban 20 años de vida física 
para la expulsión total del veneno de su periespíritu, tanto po-
drá sufrir un nuevo brote de tuberculosis en su próxima reen-
carnación, como ser víctima de cualquier molestia semejante en 
la zona cardio-pulmonar. Todo dependerá, realmente, del nuevo 
tipo biológico del organismo en que él reencarne en el futuro y 
la mayor o menor calidad de sus antecedentes hereditarios.

PREGUNTA: – Permitid que insistamos. En vista de la ley 

que exige el pago “hasta el último céntimo”, el individuo de 
nuestro ejemplo, ¿no debía ser tuberculoso en la siguiente en-
carnación, durante los 20 años por los cuales fue interrumpi-
da la expulsión de sus fluidos tóxicos, como consecuencia de 
la curación prematura de su tuberculosis?

RaMaTÍS: – el espíritu conjeturado como ejemplo en vues-

tras indagaciones, podría reducir su cuota de venenos psíquicos 
en la propia existencia en que fuese curado prematuramente, 
aprovechando los últimos 20 años de su vida física, viviendo su-
miso a las enseñanzas salvadoras de Jesús. Si el odio, los celos, 
la envidia, la rabia o la codicia vierten venenos psíquicos en el 
cuerpo físico, ¡el amor, el altruismo, el perdón, la humildad, la 

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