Ramatís
una esponja absorbente del tóxico psíquico que haya quedado
reprimido y pese todavía en la economía del periespíritu; y el
círculo vicioso de la patogenia humana ha de continuar hasta
que, al fin, se complete la expulsión de todo el contenido enfer-
mizo del alma. Por tanto, aunque los pacientes elogien la me-
dicina cuando ésta les hace el diagnóstico brillante de la sífilis,
de la tuberculosis, de la diabetes, de la hepatitis o del artritismo
crónico e interrumpe el “descenso” de los venenos psíquicos a la
carne, es posible que en la encarnación siguiente, esos mismos
espíritus vengan a despertar en la cuna física, condenados ya
a terribles padecimientos que serán producidos por el mismo
fluido tóxico que fue estancado por la intervención médica. Tal
vez se verifique la poliomielitis, el reumatismo deformante, el
cáncer, la epilepsia, las dermatitis graves o cualesquiera otras
molestias o distrofias conocidas, que, además, pueden ser exa-
cerbadas por otras nuevas irregularidades mentales y emotivas.
no basta, pues, lograr la masacre de los bacilos de Koch o
de Hansen, de las espiroquetas, de los virus o de los parásitos
indeseables, para que el morbo psíquico se agote y deje de nu-
trirlos, ya que él continuará circulando en el periespíritu, hasta
que logre nueva oportunidad para ser expulsado. es por eso que
ciertas veces, después de haberse regocijado el médico por la
curación de alguna enfermedad insidiosa, se sorprende doloro-
samente cuando su paciente sucumbe víctima de otra molestia
desconocida. eso prueba que no hubo éxito terapéutico comple-
to y que apenas fueran superados los efectos enfermos, mientras
permanecía latente la causa mórbida psíquica que volvió nue-
vamente a herir el cuerpo carnal.
PREGUNTA: – Considerando, por ejemplo, que determina-
do hombre debería desencarnar tuberculoso a los 60 años de
edad, pero que como consecuencia del socorro médico queda
curado a los 40 años, ¿podemos suponer que ese espíritu ten-
drá que enfrentarse en el futuro con una nueva existencia
física, en la que tendría que sufrir tuberculosis por los 20
años restantes?
RAMATÍS: – Nos vemos obligados a recordaros, una vez
más, que en ese ejemplo que citáis, la Medicina no habría cu-
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