Ramatís

defiende el sagrado derecho de la vida y atiende a su prole, pro-
curando un terreno apropiado para progresar. Recuerda lo que 
sucedía con los “pieles rojas” americanos, que emigraban a los 
territorios de caza, y a los salvajes brasileños que escogían las 
regiones de pesca y de caza, o de frutos nutritivos, en los cuales 
pudiesen cumplir los imperativos de la vida humana.

PREGUNTA: – ¿Qué idea nos podemos hacer de esas toxi-

nas psíquicas que nutren diversos tipos de microbios y produ-
cen, por tanto, diferentes tipos de enfermedades?

RaMaTÍS: – de conformidad con el tipo de desarreglo psí-

quico, se produce la toxina específica. es así que el fluido mórbi-
do producido por los celos es muy diferente a aquél que es fruto 
de la lujuria, de la cólera o de la crueldad. de este modo, varía 
también su acción virulenta cuando se vierte en la carne, como 
también varía su preferencia especial por determinada región 
u órgano del cuerpo físico. Consideremos, por ejemplo, cierto 
tipo de toxinas o de fluidos mórbidos psíquicos producidos por 
la mente desordenada y que, al “descender” del periespíritu, se 
acumule preferentemente en torno a la región el tórax etéri-
co en donde se sitúa el “chakra” cardíaco, que es el órgano del 
duplo etérico controlador de los movimientos autónomos del 
corazón y de la respiración del cuerpo carnal. Bajo la ley sideral 
de correspondencia vibratoria, ese contenido tóxico oculto en el 
tórax espiritual, ha de transferirse y estancarse en el tórax físico 
al producirse la encarnación del espíritu o mientras se origine 
deletéreamente cuando esté encarnado. Solamente más tarde, 
con la muerte física del cuerpo, el veneno será absorbido por la 
tierra debido a la desintegración cadavérica. de acuerdo con la 
resistencia orgánica o con el tipo humano, conforme a sus as-
cendientes biológicos hereditarios, es que el veneno psíquico ha 
de producir afecciones en la región respiratoria, bajo distintos 
aspectos: enferma los alveolos bronquiales, perturba la diástole 
osístole cardíaca, dificulta la respiración y la circulación en
los pulmones, oprime la función irrigatoria de las coronarias
oasfixia el campo magnético en que se mueve el corazón. En
algunas criaturas, sobrevienen las disneas asmáticas, las arrit-
mias y los estados respiratorios opresivos. en otras, propicia fá-

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