Ramatís
PREGUNTA: – El sufrimiento ¿beneficia solamente porque
expurga los venenos psíquicos del espíritu, o modifica tam-
bién la constitución del espíritu?
RaMaTÍS: – es la ley kármica la que se encarga de rec-
tificar a su debido tiempo los desvíos peligrosos cometidos
por el espíritu durante sus excursiones por el mundo material,
procediendo a la limpieza del periespíritu contaminado por la
adherencia de los venenos, frutos de los descalabros e impru-
dencias del pasado. el cuerpo carnal, entonces, como si fuera un
alambique encargado de drenar esos residuos perniciosos de la
vestimenta periespiritual hacia el seno de la tierra, provoca en
el alma, en su operación de eliminación, la sensación de dolor
y sufrimiento. Se trata de toxinas que lesionan y masacran la
carne mientras son expelidas hacia el mundo exterior, y por ese
motivo, la vieja tradición espiritual considera la Tierra como un
“valle de lágrimas” en el cual las almas lavan y purifican sus tra-
jes periespirituales, con el fin de que después puedan participar
en las nupcias del Cielo!
La túnica nupcial que el alma debe utilizar para tomar par-
te en el banquete del Rey, citado en la parábola contada por Je-
sús (Mateo 22:1-14; lucas 14:16-24), significa verdaderamente
el resultado del lavado doloroso del periespíritu en el tanque de
las lágrimas purificadores del mundo carnal, del cual saldrá con
sus vestimentas limpias. El dolor quebranta la rudeza y humilla
el orgullo de la personalidad humana; obliga al espíritu a cen-
tralizarse en sí mismo y a procurar comprender el sufrimiento.
en la introspección dolorosa por la ansiedad de resolver su pro-
blema aflictivo, el espíritu se ve en la necesidad de reconocer la
precariedad, la presunción y la vanidad de su figura transitoria
en el mundo de las formas.
así como el calor evapora las grasas y el fuego apura la
fusión del hierro para alcanzar el temple del acero, el dolor es
como la energía que calienta la intimidad del espíritu y lo ayu-
da a volatilizar las adherencias ruinosas de su periespíritu. Es
concentración de fuerzas que desintegran las toxinas psíquicas
en el seno del alma, y que bajo la acción natural del magnetismo
del mundo físico, se transfieren a la carne hasta que la muerte
del cuerpo, después, las deposite en la tierra del cementerio, a
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