Fisiología del Alma
cuerpo humano; el caballo, como la fuerza intermediana entre
el cochero y el carro, significa el periespíritu, o sea, el campo
energético que funciona entre el espíritu y su organismo físico. el
cochero sólo puede mover el carruaje, actuando sobre el caballo
que lo empuja, así como el espíritu sólo puede mover el cuerpo fí-
sico, cuando actúa sobre su intermediario, que es el periespíritu.
en este ejemplo tradicional de la magia, podéis notar que
el caballo es responsable de la tracción del carro. aunque sea
una fuerza inferior y ruda, es, no obstante, más vigoroso que el
cochero, a pesar de ser éste la inteligencia que dirige el vehículo.
Pero es el cochero quien, por el pulso firme, controla las riendas
y estimula con el látigo los movimientos del caballo. del mismo
modo, el periespíritu es también un campo de fuerzas más vio-
lento y vigoroso que el espíritu y el cuerpo carnal, porque está
constituido por las más vigorosas energías que pulsan entre el
mundo astral y el físico. este obra exactamente en el límite de
esos dos mundos de causa y efecto; es un organismo dotado de
vigorosa energía vital y del magnetismo telúrico de la Tierra, que
empleó incontables milenios para lograr su contextura actual.
Cuando el periespíritu es excitado en demasía por las pa-
siones humanas, puede dominar completamente el espíritu que
lo dirige, tal como el caballo, bajo las manos de un conductor
bisoño o sin energía, puede tomar el freno en los dientes y cau-
sar enormes perjuicios al vehículo. las exageraciones viciosas,
las pasiones violentas y los descalabros de las criaturas son
como el látigo que azota el periespíritu y después lo hace huir al
control y a la dirección de su propio dueño. Después de aglome-
rar las fuerzas del mundo inferior, el periespíritu sobreexcitado
se impone vigorosamente al espíritu, su director, y así como el
caballo en correría perjudica su carruaje, también él causa toda
suerte de perjuicios al cuerpo físico. de ahí, pues, que tanto la
salud corporal como la psíquica dependan de la perfecta ecua-
nimidad entre esos tres elementos básicos del ser: espíritu, pe-
riespíritu y cuerpo físico; o sean, comparativamente, el cochero,
el caballo y el carruaje.
PREGUNTA: – ¿De qué modo el cuerpo letárgico, o de una
criatura retardada, puede conseguir el dominio de ese peries-
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