Ramatís

en demasía en el trato con el mundo inferior, el recurso acon-
sejado es el de su reencarnación compulsoria y su sumisión a 
un freno carnal, con atrofia del sistema endocrínico del cuerpo 
físico y desviación del timo-tiróide, lo que, en consecuencia, re-
tarda en él, en el tiempo justo, el progreso del desarrollo natural 
de la materia, demorando el reajuste de la memoria etérica al 
raciocinio común de la nueva existencia.

el organismo carnal funciona entonces como un biombo o 

un filtro poderoso que reduce la excitación salvaje del periespí-
ritu y lo fuerza a que se acomode dentro del campo de fuerzas 
ordenadas, de las cuales él abusó en el pasado. Toda la excitación 
pre-reencarnatória que por excesiva pasión en la vida anterior 
desordenaba el ritmo de la conciencia espiritual, termina por ser 
frenada vigorosamente por la constitución biológica del imbécil. 
el cerebro letárgico del mismo o del retardado mental, no corres-
ponde prontamente a los impactos violentos de un periespíritu 
desorientado por sus tropelías anteriores, puesto que, en su atro-
fia nerviosa, se demora en atender a las solicitudes desatinadas.

la glándula pineal, delicadísima antena del sistema psico-

nervioso, central eléctrica o usina piloto del organismo humano, 
funciona, en ese caso, con cierta dificultad, oprimida como está 
en su actuación, volviéndose incapaz de transmitir con claridad 
el mensaje racional dirigido por las neuronas que constituyen el 
aparato receptor y transmisor del espíritu a la materia.

El cuerpo imbecilizado, con un sistema nervioso letárgico, 

reduce la sobreexcitación trepidante y perniciosa del periespíritu, 
víctima de sus propios descalabros pretéritos y lo habitúa, poco a 
poco, a la pulsación normal, efectuando las correcciones vibrato-
rias que lo hacen accesible al control de la conciencia del espíritu.

PREGUNTA: – ¿Podéis darnos un ejemplo más objetivo, 

con el cual podamos asimilar mejor vuestras consideraciones 
anteriores?

RaMaTÍS: – Tal como lo hemos hecho muchas veces, re-

cordamos, nuevamente, el interesante y viejo ejemplo usado en 
magia, con la figura del cochero, el caballo y el carro. el coche-
ro, como principal dirigente del carruaje, la inteligencia, por fin, 
significa el espíritu; el vehículo representa la materia, que es el 

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