Ramatís
RaMaTÍS: – el ángel, liberado de los ciclos reencarnató-
rios, es un tipo de suprema delicadeza espiritual. ¡Su tesitura
diáfana y hermosa, y su cántico inefable a los corazones hu-
manos, no son producto de los fluidos agresivos y enfermizos
del “paté foie gras”, o pasta de hígado atrofiado, de la famosa
chuleta adobada o del suculento tocino ahumado.
la sustancia astral inferior, que exuda la carne del ani-
mal, penetra en el aura de los seres humanos y hace densa su
transparencia natural, impidiendo los altos vuelos del espíritu.
nunca habréis de solucionar tan importante problema, con la
dulce ilusión de ignorar la realidad del equívoco de la nutrición
carnívora y, quizá, demasiado tarde para la deseada solución.
os exponemos aquello que debe ser meditado y ponderado
con urgencia, porque los tiempos son llegados y no hay subver-
sión en el mecanismo sideral. es necesario que comprendáis,
con toda brevedad, que el vehículo periespiritual es un poderoso
imán que atrae y agrega las emanaciones deletéreas del mundo
inferior, cuando persistís en las fajas vibratorias de las pasiones
animales. es preciso que busquéis aquello que se afina con los
estados más elevados del espíritu, no olvidando que la nutrición
moral se armoniza también con la estética o sentimiento de lo
bello, del paladar físico. Verdaderamente, mientras los lúgubres
vehículos manchados de sangre recurran vuestras calles para
dejar su contenido sangriento en las carnicerías refrigeradas y
atender a las filas que con ansiedad procuran la carne, ¡se harán
necesarias muchas reencarnaciones para que vuestra humani-
dad se libre del desvío psíquico, que siempre ha de exigir la te-
rapia de las úlceras, cirrosis hepáticas, nefritis, artritis, infartos,
diabetes, tenias, amebas o uremia!
PREGUNTA: – ¿Por qué consideráis que el hombre se hace
inferior al salvaje en la alimentación carnívora, si usa pro-
cesos eficientes que evitan el sufrimiento del animal en el sa-
crificio? ¿No estáis de acuerdo en que el ser humano atiende
también a su necesidad de vivir y se subordina a un impera-
tivo nutritivo que requiere una organización industrial?
RAMATÍS: – El salvaje, aunque feroz e instintivo, se sirve
de la carne para nutrirse, sin transformarla en motivos deter-
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