Ramatís
cia dinamizada en la forma de un sutilísimo campo de energía
libre e imponderable, debe también aprovechar lo mejor posible
ese campo energético potencializado en su cuerpo físico. Desde
el momento en que se persista en una alimentación dominada
por la glotonería, excesivamente tóxica y grasienta, que exigi-
rá todo el esfuerzo de su metabolismo nutritivo, consumiendo
además la reserva dinámica propiciada por la homeopatía, sin
poder regenerar a tiempo las células cansadas o eliminar los re-
siduos venenosos que pesan sobre el organismo, es evidente que
resultará desperdiciado todo el tratamiento cuidadoso y bienhe-
chor de la prescripción medicamentosa del médico homeópata!
Sería un absurdo que después de haberse administrado una
dosis masiva de vitaminas a un leñador completamente exhaus-
to precipitase él, en seguida, a cortar leña hasta caer nuevamen-
te aniquilado. así acostumbran a proceder muchos pacientes
sometidos al tratamiento de las dosis infinitesimales de la ho-
meopatía, pues subestiman la dieta rigurosa, en la seguridad
que apenas ingieren algunas gotas de alcohol absoluto disuelto
en agua destilada. ignoran, todavia, que el éxito de la cura-
ción depende, principalmente, de la mayor cuota de fuerzas que
puedan economizar en sus necesidades cotidianas, con el fin de
no consumir las energías necesarias al propio cuerpo para que
pueda reparar sus desarmonías orgánicas.
durante el tratamiento dinámico homeopático, es preciso
que se reduzca al mínimo el servicio de los órganos nutritivos
y drenadores del cuerpo físico, para poder asegurar el mayor
aprovechamiento de las energías que fueron catalizadas por la
medicina homeopática en favor del equilibrio y de la recupera-
ción de su mecanismo fisiológico. Si el paciente logra economi-
zar el mayor porcentaje posible de las fuerzas vitales que son
aceleradas por la presencia del catalizador homeopático, le será
posible lograr también el máximo aprovechamiento, pudiendo
dirigirlas hacia los plexos nerviosos y los sistemas neuro-endo-
crínico, circulatorio o linfático, obteniendo, así, el éxito deseado.
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