Ramatís

sólo impulso y grito conjugados, hace sonar el látigo sobre los 
animales y realiza el empuje vigoroso de las ruedas, agrupan-
do todas las energías despiertas en un sólo esfuerzo que hace 
mover el pesado vehículo. lo mismo ocurre con los hombres; 
mientras el enfermo pesimista es una fuente de energías nega-
tivas, un frustrado que anticipadamente duda de cualquier su-
ceso favorable que sobrepase sus fuerzas comunes, el enfermo 
optimista es una fuente positiva y un activador de sus energías, 
que se ponen de manifiesto prontamente para el logro de éxitos 
incomunes. Mientras el primero, por su desconfianza y falta de 
fe se deja influenciar negativamente, el segundo es el coman-
dante enérgico, activo y hábil, que dirige y disciplina el ejército 
de sus colectividades microbianas, nutriéndolas con su magne-
tismo positivo y ajustándolas, unidas, a su organización carnal.

Las fuerzas reprimidas por la mente humana, tanto pueden 

servir en sentido negativo, como producir condiciones positivas 
en el organismo físico; mientras que las fuerzas descontroladas 
por ciertas emociones, sustos o terrores, matan, enloquecen o 
lesionan la estructura nerviosa.

PREGUNTA: – Teniendo en cuenta vuestras explicaciones, 

preguntamos: ¿cuál sería la contribución medicamentosa o 
energética de la homeopatía, al ser aplicada a enfermos que 
pueden curarse por sí mismos, sin necesidad de medicamen-
tos exteriores?

RaMaTÍS: – el individuo electivo a la homeopatía, con-

vencido del poder de las dosis infinitesimales, camina espontá-
neamente al encuentro del medicamento y apresura el éxito de 
la curación. Si solamente le fuera dada agua destilada en lugar 
del medicamento homeopático, su quantum de energía poten-
cializada por su psiquismo confiado supliría en su organismo 
físico gran parte de su necesidad vital.

durante el metabolismo precioso y científico provocado 

por las dosis dinamizadas de la Homeopatía, el espíritu del 
hombre tanto puede auxiliar como retardar sus efectos terapéu-
ticos. Siendo así, el enfermo que se puede curar por sí mismo, 
sólo ganará si se vale del auxilio de la homeopatía, pues que no 
le podrá causar mal alguno, y sí podrá hacerle bien.

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