Fisiología del Alma
el armazón físico del enfermo son examinados por el homeó-
pata en un mismo nivel de interés y unidad, en vez de hacerlo
mediante una investigación que alcance únicamente a los órga-
nos locales o a los síntomas, como si se tratase de un individuo
autómata sin voluntad ni dirección propia. Como si fuera un
hábil ingeniero, el médico homeópata, antes que preocuparse
exclusivamente con la brecha señalada en una pared hundida,
se cuida de indagar la naturaleza del terreno, que es el verda-
dero responsable de la causa del defecto. el ser humano debe
ser examinado más en función de su coordinación psíquica y
anímica, que considerado como un simple agregado de molécu-
las y células que puedan enfermar sin influencia alguna de las
variaciones mentales y emotivas.
Bajo tal concepto lógico y sensato fue que Samuel Hahne-
mann consideró que la salud, tanto como la enfermedad, vienen
“de adentro hacia afuera” y de “encima hacia abajo”, regla que
constituye uno de los cimientos fundamentales de la práctica
homeopática.
Como no es posible testificar la existencia de las partículas
infinitesimales en las altas diluciones homeopáticas, sus opo-
sitores no creen en la posibilidad de la curación por medio del
medicamento dinamizado que, no obstante, desafía y sobrepasa
cualquier esfuerzo visible y experimental de los laboratorios de
la Tierra. ¡el hecho de que los científicos terrestres no puedan
testificar la objetividad de ese energismo asombroso, no quie-
re decir que no exista, sino que la ciencia humana es todavía
demasiado precaria para obtener la prueba! la incapacidad
científica de verificar la realidad del fenómeno homeopático, en
modo alguno implica la negación del poder inigualable de las
altas diluciones.
evidentemente, los científicos de la edad Media deberían
haber negado también la tremenda posibilidad del control y
del éxito de la energía nuclear, hoy tan famosa; ¡pero en modo
alguno su incredulidad impidió o invalidó el éxito del descubri-
miento atómico del siglo XX...
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