Ramatís

ofensiva chispa de fuego; el arrasamiento de Hiroshima, se de-
bió únicamente a la liberación de la energía atómica contenida 
en una esfera del tamaño de una bola de “ping-pong”; el roble 
secular es el producto de una diminuta bellota; ¡la ternura de 
Francisco de asís y la genialidad de einstein se pudieron ma-
nifestar en vuestro mundo, gracias a la vida invisible de dos es-
permatozoides! Por tanto, la energía infinitesimal que dormita 
en el seno de una gota homeopática, ¡puede desatar, también, el 
poderoso campo de fuerzas que acciona el psiquismo humano y 
comanda el cosmos orgánico del hombre!

PREGUNTA: – ¿Cómo podríamos comprender mejor esa 

acción energética de la medicina homeopática?

RaMaTÍS: – Cuando el paciente ingiere una dosis de “alta 

dinamización”, y el médico homeópata haya acertado con éxi-
to la medicación de fondo, o la dosis constitucional electiva, su 
“aura vital” se reviste de brillante nube radiactiva que la envuel-
ve intensamente, aunque sea invisible a los ojos de los encarna-
dos. Las energías que se liberan por la acción catalizadora de la 
alta dosis homeopática rodean al individuo hasta una distancia 
de tres a cuatro pulgadas en todos los sentidos de su aura vital, 
formando una irradiación en forma de huevo, en tono metálico 
blanquecino muy brillante, que en principio se asemeja bastante 
a la miniatura del impacto de una bomba atómica. Sobre el ápice 
del “aura vital” humana, se percibe la figura del sugestivo hongo 
atómico, aunque apenas en la forma de una radiación transpa-
rente que fluctúa y se expande directamente del vehículo acuo-
so de la dosis homeopática ingerida por el doliente. Tan pronto 
como los “chakras” o centros de fuerzas del duploetérico captan 
esa energía libre y potencializada, y la absorben por sus vértices 
irisados, se produce el descenso vibratorio del energismo des-
pierto en combinación con el medicamento homeopático, hacién-
dose la necesaria condensación en la intimidad del cuerpo físico.

La energía potencializada y que se libera de la “alta dosis” 

homeopática tiende a concentrarse rápidamente en la región áu-
rica del cráneo, convergiendo vigorosamente hacia la región ce-
rebro-espinal, diseminándose, poco a poco, por las zonas de los 
plexos nervioso braquial, cervical y dorsal, para, en seguida, al-

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