Fisiología del Alma 

condensadas en el escenario del mundo físico, cuya materia-
lización se inicia en el vientre materno. Durante la gestación, 
el individuo surge lentamente de un mundo invisible a la vista 
física, y su forma se objetiva en incesante trabajo de “reducción” 
vibratoria de la energía libre.

Pero la verdadera morada del hombre espíritu, aun des-

pués de su descenso a la escafandra de la carne, continúa sien-
do aquél mundo oculto de energía libre, en el cual permanece 
interpenetrado por las fuerzas de todos los planos de la vida 
creada por dios. en consecuencia, es obvio que sólo tendrán 
éxito definitivo en el restablecimiento de la salud del cuerpo 
carnal los medicamentos que sean particularmente dirigidos al 
mismo campo de fuerzas en que el hombre se originó. Y eso 
solamente es posible mediante el remedio homeopático, porque 
es fundamentalmente, energía y no masa; es más dinámico y 
menos letárgica; más fuerza y menos medicamento; más ope-
rante y menos estático. Es un poderoso catalizador que des-
pierta energías, acelerando reacciones en el organismo abatido, 
pues intensifica y eleva su quantum de vitalidad adormecida, 
ajustando el potencial psicofísico desarmonizado y operando a 
través de su energía infinitesimal potencializada.

Mediante las recientes aplicaciones terapéuticas del sonido, 

la radiactividad y la conquista de la energía atómica, se puede 
comprobar actualmente el poder asombroso del mundo infini-
tesimal, así como la realidad poderosa del mundo de la energía 
que se oculta a los sentidos físicos.

PREGUNTA: – ¡Hemos reflexionado largamente sobre esa 

vaga posibilidad, que algunas gotas de fugitiva emanación 
de determinada sustancia o tóxico dinamizado puedan curar 
infecciones, úlceras, hidropesía y hasta restablecer las funcio-
nes de un enfermo cardio-hepatorenal! ¿Qué podéis decirnos 
sobre nuestra duda?

RAMATÍS: – La Naturaleza es pródiga en demostrarlos 

que concretiza sus mayores realizaciones a través de las opera-
ciones más diminutas. El gigantesco Amazonas es el resultado 
de un sencillo hilo de agua que desciende de la región del Perú; 
el más espantoso incendio puede tener su origen en la más in-

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