PREGUNTA: – Hemos tenido ocasión de observar que 

algunos médicos homeópatas, al examinar a sus consultan-
tes, dejan de lado el cuidadoso examen clínico propio de los 
médicos alópatas, pareciendo que son indiferentes a los exá-
menes de laboratorio, radiografías, reacciones sanguíneas y, 
algunas veces, se limitan a anotar una serie de indagaciones 
que nada tienen que ver con la enfermedad. Creemos que tal 
sistema de hacer clínica inspira cierta desconfianza, pues el 
cliente observa que no está siendo examinado bajo la técnica 
médica a la que todo el mundo está acostumbrado. ¿Qué po-
déis decirnos al respecto?

RaMaTÍS: – el médico homeópata experimentado, inte-

grado suficientemente en su función terapéutica, estudioso de 
las leyes espirituales, a pesar de ser un científico limitado por 
los cinco sentidos, casi siempre es un ser intuitivo y de sensi-
bilidad psíquica agudizada, capaz de sondear al enfermo, no 
solamente en función de su molestia, sino también en su todo 
“cuerpo y alma”, o sea, de conformidad con lo que el enfermo 
piensa y siente, y cómo actúa. Su tarea consiste en individua-
lizar el remedio más afín y en mayor sintonía con su carácter, 
con su temperamento y con el todo psíquico de su paciente. Se 
preocupa mucho más por el enfermo que en diagnosticar su 
enfermedad.

La terapéutica homeopática

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