Ramatís

libertos de estigmas viciosos, después que recupere nuevamente 
su dominio mental, psíquico y físico! ¡no hay otra alternativa ni 
otro recurso! o el individuo continúa esclavo del vicio y como 
tal ha de pagar el tributo nefasto de su propia negligencia espiri-
tual, o tendrá que retomar la rienda directora de su organismo e 
imponerse a sí mismo directrices severas y bienhechoras.

el esclarecimiento sobre los terribles peligros del alcoholis-

mo deberá partir del seno del propio hogar, diseminándose des-
pués por escuelas y por las instituciones religiosas y educaciona-
les del mundo, alcanzando todos los sectores de las actividades 
humanas. Antes de alfabetizarse, ¡la criatura debería aprender 
a odiar el alcohol como bebida peligrosa! Cualquier credo, reli-
gión o secta espiritualista que se dedique también a combatir el 
alcoholismo, sin lugar a duda alguna estará contribuyendo a re-
solver uno de los mayores males de vuestro orbe. ¡Solamente los 
hábitos ordenados pueden dotar a los pueblos de las virtudes 
indispensables que garanticen la grandeza espiritual y el realce 
entre las naciones superiores del mundo material!

La temperanza es cuestión de comprensión. Cabe, pues, 

a los dirigentes de vuestro orbe, explicar cuan perjudicial es 
el alcoholismo que se convierte en el más terrible enemigo del 
hombre, porque lo degrada física, psíquica y espiritualmente. 
Tal como se practica el contraespionaje en vuestro mundo, será 
necesario que se cree una mentalidad sana y capaz de neutrali-
zar la propaganda deslumbrante y ostensiva del alcohol, que la 
industria utilitaria lleva a efecto como execrable sugestión para 
la juventud terrestre, en una constante invitación subrepticia 
para el infamante vicio. Sólo una decisión tenaz y la unión in-
condicional de todos los hombres comprensivos podrá combatir 
el alcoholismo, ¡el mayor enemigo del hombre

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 en todos los sec-

tores científicos, artísticos, educacionales y religiosos!

La vida humana es el aprendizaje más precioso que el espí-

ritu desencarnado necesita para llegar a condiciones favorables 
que le permitan habitar mundos felices y vivir entre humanidades 
venturosas. en consecuencia, mientras se encuentra encarnado, le 
cumple evitar el alcohol de cualquier forma posible, con el fin de 

1 no hay duda de que hoy, Ramatís incluiria las drogas al lado del alcohol como 

el mayor enemigo del hombre, y probablemente en primer lugar (nota del Revisor).

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