Fisiología del Alma 

PREGUNTA: – ¿Cómo se explica que ciertos hombres pací-

ficos y bien intencionados, cuando se hallan bajo la influen-
cia del alcohol se transforman en seres hostiles, irritables y 
violentos? El alcohol, ¿no debería, solamente, excitar el campo 
emotivo del individuo, sin modificar su patrón psíquico con-
solidado hasta aquel momento?

RaMaTÍS: – ¡Cuántas veces, numerosas criaturas que no 

se emborrachan y que además son pacíficas, virtuosas y tímidas, 
se desmienten por completo cuando hieren su amor propio o se 
les causan perjuicios morales! eso demuestra que tanto las cua-
lidades como los defectos del espíritu no se evidencian a flor de 
piel pero se revelan de acuerdo con las circunstancias favorables 
que les puedan ocurrir en el intercambio de las relaciones hu-
manas. Sólo espíritus de la estirpe de un Francisco de asís, Jesús 
de Nazaret o Teresa de Jesús pueden realmente mostrar a flor 
de piel la realidad sincera y natural de sus almas. en general, el 
individuo es aun un gran disimulador de su realidad psíquica: y 
es rarísimo el hombre que se conoce a sí mismo! Cuando el espí-
ritu se sumerge en la carne, su psiquismo exacerba los impulsos 
ancestrales de su formación animal inferior del pasado, mien-
tras el cuerpo físico se convierte en el revelador de la estructura 
oculta de las pasiones y vicios que se acumularon en el bagaje 
psíquico conservado desde milenios. en consecuencia, el sistema 
glandular y regulador del metabolismo físico sufre el continuo 
azote de las almas impulsivas en demasía, irritables y presas de 
altas tensiones psíquicas, dando lugar a la aparición de tipos 
hipertiróideos o neuróticos, bastante perjudicados por el descon-
trol del vago-simpático. el organismo físico es semejante a una 
tela cinematográfica, pues revela con riqueza de detalles la vida 
oculta del psiquismo enfermo o sano, a pesar de todo el cuidado 
que el alma ejerce para evitar el ridículo y la censura ajena.

He ahí el por qué de la transformación que se observa en el 

beodo, cuya mente mórbida decae a la frecuencia del irracional, 
en cuya faja vibratoria dominan las pasiones y los impulsos des-
ordenados de la cólera, la obscenidad, el cinismo, la terquedad o 
la degradación fisiológica. de ahí, también el hecho muy común 
en los hombres que durante la abstinencia del alcohol son pací-
ficos y atentos, y que al emborracharse golpean a las esposas y a 

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