Ramatís
reglamentada, con la correspondiente recuperación de la salud
humana, compensaría las fabulosas cifras empleadas en subven-
ciones a hospitales, asilos, presidios, elementos policiales, pues-
tos de socorro, recuperación de la juventud extraviada y demás
gravámenes, originados casi todos por el alcoholismo actual.
En la raíz de casi todos los males, como la tuberculosis,
el cáncer, la imbecilidad, cirrosis, epilepsia, neurosis , lesiones
orgánicas, sífilis, crímenes tenebrosos, la miseria humana y los
delirios alucinatorios, se encuentra el famoso dedo del alcohol
apuntando el trabajo que realizó.
a los espíritus de los alcohólicos incapaces de procesar en
el Más allá su íntima renovación o de libertarse de los terribles
efectos del alcohol, sólo les queda la suerte de una futura reen-
carnación expiatoria. Por eso acostumbran a renacer en vuestro
mundo en situación angustiosa, viviendo los cuadros tenebrosos
de la epilepsia, alienación mental, imbecilidad o esquizofrenia;
los estados paranoicos y portadores de taras extrañas, someti-
dos a tremendas confusiones mentales y psíquicas.
el alcoholismo es, además, el responsable de casi todas las
situaciones dolorosas de la humanidad terrestre. ojalá que un
genio sideral lo extinguiese mágicamente de vuestro orbe, pese
a la pobreza que pudiera extenderse hasta poder lograr luego la
posible recuperación económica de los pueblos y de las nacio-
nes. ¡indudablemente, eso sería el inicio de una era bienhechora
para todos vosotros, ya que os habríais librado del “puente vivo”
más eficiente con que se valen los espíritus tenebrosos de aquí
para concretar sus más torpes objetivos y ejercer comando sobre
los infelices “vasos vivos” encarnados! Pero, desgraciadamente,
cada nación terrestre se siente todavía glorificada por su produc-
to alcohólico tradicional, como si representase un gran invento
científico o artístico; pues mientras alemania se enorgullece de
su cerveza, Rusia lo hace del vodka, Francia, Portugal e Italia, de
sus famosos vinos; los estados Unidos e inglaterra, cantan loores
a su finísimo whisky; la América Central ensalza el ron nativo,
y también el Brasil, ¡ya se envanece con el famoso aguardiente!
la bebida alcohólica, por tanto, no obstante ser excelente
fuente de renta para los gobiernos, es el régimen maléfico de
toda serie de enfermedades, degeneraciones orgánicas, embru-
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