Fisiología del Alma
Hace mucho tiempo que la tradición ocultista os enseña
que el cuerpo astral, como uno de los vehículos que componen
el periespíritu, es el “cuerpo de los deseos” en el cual radica el de-
seo del espíritu y se conservan todos los residuos producidos por
su emotividad y por las pasiones vividas durante los milenios
pasados. a través de ese sutil cuerpo astral, constituido por toda
la esencia psíquica emotiva desde su origen planetario, es por
donde se manifiesta el deseo del espíritu. en esa contextura deli-
cadísima, es por donde actúan, gritan y dominan, todos los ecos
y estímulos de las pasiones, deseos y vicios que hayan vibrado
en el alma a través de sus anteriores encarnaciones físicas. Por
eso, la simple perspectiva de no poder saciar la angustiosa sed
del alcohol traída de la Tierra, deja a esos infelices alcohólicos
ciegos y enloquecidos bajo los más cruciantes padecimientos.
Se rompen en ellos las cadenas de cualquier convención o deber
afectuoso, llevándolos a practicar viles torpezas para conseguir
el alcohol. aquellos que han presenciado los ataques etílicos de
los alcohólicos y se compungieron ante sus alucinadores deli-
rios, ¡no han observado, sin duda, ni el veinte por ciento de lo
que acontece a esos desgraciados dominados por el vicio, cuan-
do son lanzados brutalmente al astral! Además de eso, las en-
tidades de las sombras procuran auxiliar a los viciados recién
llegados al espacio, enseñándolos a tener paciencia y a buscar
su “médium electivo” en la superficie de la Tierra a fin de con-
vertirlo en un dócil “vaso vivo” que, en forma de un servidor, les
mitigará en el mundo material la sed ardiente del alcohol.
PREGUNTA: – ¿Cuál es la idea más clara que podemos
formarnos de ese infeliz que denomináis “vaso vivo”?
RaMaTÍS: – designamos como “vaso vivo”, a la criatura
que se deja dominar completamente por el vicio del alcohol,
volviéndose débil psicológica y espiritualmente. Cuando sucede
eso, los viciosos del Más allá, que afinan con su constitución
psíquica, la vigilan y actúan incesantemente sobre ella, con el
fin de conseguir situarla bajo la frecuencia vibratoria con que
operan en común, para subvertirle completamente su voluntad
y su carácter. de acuerdo con la ley de afinidad espiritual, es
preciso que el candidato a la función de “vaso vivo”, vibre en la
127