Fisiología del Alma
PREGUNTA: – Algunos de nuestros amigos consiguieron
abandonar rápidamente el vicio de fumar, pero la falta repen-
tina del cigarro los hizo sufrir notablemente. ¿Es esa la mejor
solución para el caso?
RaMaTÍS: – indudablemente, los que así han procedido,
son bastante dignos de encomio por haber demostrado ser due-
ños de una mente enérgica y bastante capacitada para dominar
los deseos peligrosos de su psiquismo, pues lo difícil no es asu-
mir la decisión de no fumar más, sino, y por encima de todo,
poder soportar después los efectos aflictivos del acondiciona-
miento creado por tabaco en el organismo humano. durante
la etapa viciosa, las antitoxinas orgánicas son exclusivamente
movilizadas para mantener la defensa del organismo y neutra-
lizar los venenos oriundos del tabaco. Por eso, después de la
abstención, ellas pasan a actuar de modo intenso, exigiendo
perentoriamente el tóxico que estaban habituadas a combatir.
Recuerdan un gran ejército que debe ser lanzado incontinente
contra los objetivos para los cuales fue movilizado, y que se ha-
lla en inquietante expectativa que puede llevarlo a la indiscipli-
na ante la falta de inmediata aplicación de su fuerza represada.
la recuperación psíquica después del abandono del vicio
de fumar, debe ser de naturaleza profundamente mental, sin los
paliativos de los bombones y de las distracciones forzadas; pues
un vicio no debe ser compensado por otro aunque sea menos
ofensivo, puesto que
el problema fundamental consiste en forta-
lecer la voluntad y conservar la mente despierta, como seguri-
dad contra la embestida de otros vicios perniciosos. la solución
verdadera implica, pues, poder extirpar de la mente la idea que
el tabaco es un placer, una distracción o un medio de calmar
los nervios, por ser, en realidad, un vicio nocivo y ridículo que
depone contra la propia inteligencia y sensatez.
PREGUNTA: – Si un fumador desea dejar poco a poco el
vicio del tabaco, ¿qué providencias preliminares debe tomar
para lograr el éxito deseado?
RaMaTÍS: – Ya os hemos dicho que lo más importante es
aclarar la mente e eliminar la idea que el cigarro pueda pro-
porcionar placer o inspirar ideas. el fumador debe recordarse
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