Ramatís

vio simpático, después que la nicotina penetra en la circulación, 
es tomado por muchos como “calma de los nervios”.

el tabaco penetra todos los intersticios del cuerpo físico y 

se fija en forma residual, hasta que los riñones, el hígado, la piel 
y los intestinos puedan eliminarlo satisfactoriamente. no obs-
tante, se hace difícil, porque el fumador continúa alimentando 
el vicio, saturando el organismo, debilitándolo profundamente 
en sus defensas comunes contra las agresiones microbianas o 
los tóxicos de otra naturaleza, y cada vez necesita más anti-
toxinas para combatir el aumento de los venenos del tabaco. 
¡Es tal esa saturación, que durante cualquier baño de vapor, el 
cuerpo del viciado del tabaco transpira fuertemente el olor acre 
de la nicotina! Mientras sus órganos funcionan con regularidad, 
puede sentirse inmunizado contra el veneno del tabaco, pero 
tan pronto como la naturaleza comienza a ceder en sus defensas 
debido al exceso de la carga tóxica, se acentúa su decadencia 
física y predominan las enfermedades incubadas.

Como el tóxico del tabaco deprime fuertemente a ciertas 

personas y les exige el máximo de defensa para develar su agre-
sividad venenosa, adelgazan, y atribuyen su esbeltez física al he-
cho de fumar. Cuando dejan el vicio, sus organismos abandonan 
sus defensas y se sirven de todas las energías disponibles para re-
parar las zonas debilitadas y reducir las antitoxinas que pertur-
ban el trabajo glandular, de cuyo aprovechamiento satisfactorio, 
unido a un mayor dinamismo orgánico, sobreviene el aumento 
de la gordura. no obstante, con el decurso del tiempo y el agota-
miento de las antitoxinas en circulación excesiva, el organismo 
retorna a la normalidad y desaparece la excesiva gordura, vol-
viendo la forma física a su tipo normal biológico, antes de fumar.

PREGUNTA: – ¿Puede ser el cáncer una consecuencia del 

vicio de fumar?

RaMaTÍS: – el tabaco no es el exclusivo factor de la apa-

rición del cáncer, pero puede producirlo si entre los fumadores 
inveterados existe alguno que sea electivo para el cáncer pulmo-
nar, pues las sustancias alquitranadas del tabaco atacan princi-
palmente los pulmones. Ciertos médicos afirman que el cáncer 
es más común entre los hombres que entre las mujeres, tal vez 

106