Ramatís

esfera sobre el vicio de fumar, por parte de nuestra humanidad?

RaMaTÍS: – es evidente que en nuestra esfera no estimu-

lamos ese vicio deprimente, pero reconocemos que el humo del 
tabaco, además de los perjuicios psíquicos causados en el Más 
allá del Túmulo, es un veneno lento que lesiona el cuerpo físico 
en la Tierra. además de la nicotina, el tabaco contiene venenos 
peligrosos que son fácilmente identificados en los análisis de 
laboratorio, entre los cuales se destacan los ácidos tánico, pectó-
sico, málico, nítrico, oxálico, el amónio, los extractos nitrogena-
dos, y otras sustancias ofensivas. en el humo se puede percibir 
la presencia del ácido cianídrico, más o menos a base de 0,10 
gramos por cada 20 gramos de tabaco analizado. El fumador 
inveterado inhala también cierta cantidad de gas venenoso en la 
forma de óxido de carbono, y, aunque sea absorbido en pequeña 
cantidad, exige también la movilización de otras defensas im-
portantes del organismo.

PREGUNTA: – Conocemos personas que han logrado vivir 

hasta cien años, no obstante haber fumado ininterrumpida-
mente, ¿Cómo se explica eso?

RaMaTÍS: – aunque se verifique el caso de criaturas que 

logran vivir un centenar de años, fumando y demostrando bue-
na salud, como en los casos de campesinos y esclavos africanos 
del Brasil colonial, el tabaco siempre es un terrible enemigo 
de la criatura humana. Sin duda, la mayoría de la humanidad 
no consigue inmunizarse satisfactoriamente contra sus efectos 
perniciosos. No vemos razones sensatas para seguir fumando y 
sufrir las consecuencias por el hecho de notarse algunas excep-
ciones en criaturas que aunque fumen exageradamente, gocen 
todavía de salud. es de sentido común que las resistencias orgá-
nicas varían de individuo a individuo, y por tal motivo, ¡lo más 
sensato, es no fumar! Todas las lesiones orgánicas son afectadas 
por los venenos del tabaco. el hombre cardíaco, principalmente, 
es una de las mayores víctimas de la nicotina y de los ácidos 
venenosos del tabaco, pues su respiración, perturbada por la 
insuficiencia del trabajo del corazón, se perturba aun más con 
los tóxicos volátiles que le afectan los bronquios y los pulmo-
nes. los hepáticos — cuyo hígado funciona con dificultad para 

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