Ramatís

y sutil, o más periférica e indirecta, conforme sea la naturaleza o 

estado de evolución de cada reino o especie donde debe actuar. 

En verdad, los Devas trabajan en la Creación como intermedia-

rios de Dios. Nos recuerda a los ingenieros, maestros, jefes y 

trabajadores, que construyen puentes, edificios, o caminos, si-

guiendo las instrucciones de los dueños o interesados.

[8]

Pregunta: 

¿Entonces, lo correcto sería suponer que existe 

una especie de conciencia psíquica y particular para cada reino 

de la naturaleza? ¿La misma coordina y orienta los elementos 

que cada reino necesita para su vida y progreso?

Ramatís: 

Sin lugar a dudas, pues en cada reino de la natu-

raleza existe una conciencia psíquica instintiva, que acciona en 

determinada frecuencia vibratoria pero vinculada a la Mente 

Universal. Le cabe específicamente perfeccionar las especies mi-

nerales, vegetales y animales. Bajo tal dirección, ese psiquismo 

instintivo amolda y apresura la evolución de los minerales para 

incorporarlos a los vegetales, y éstos, los ajustan a la especie 

animal, providenciando definitivamente la contextura del orga-

nismo carnal, anátomo-fisiológico, que debe servir al hombre.

Es por eso, que la misma ciencia terrícola comprueba que 

existe una dirección, un sentido disciplinado y orientados en 

la cristalización de algunos minerales. Se observa una especie 

de “arquetipo” oculto, que además de proporcionar la necesaria 

composición química, confiere a los mismos, las características 

geométricas a cada tipo; por otra parte, se observa la distri-

bución armoniosa de los colores y aspectos peculiares a cada 

especie.

Nota del Médium: 

Resumen de la “Introducción” de la obra Fundamentos de la 

Teosofía, 

de Jinarajadasa; “Los Maestros de la Sabiduría, como son llamados, son 

almas humanas que con el transcurso del tiempo y en su constante progreso evolu-

tivo, pasan de su condición de humanos a la de adeptos. Elevándose al Adeptado, 

el hombre adquiere el conocimiento en base a sus investigaciones y experiencias. 

El hombre que se hizo Adepto deja de ser un simple instrumento en el proceso 

evolutivo; ejerce, en ese proceso, la función de Maestro o Director, bajo la supervi-

sión de una elevada conciencia, llamada en Teosofía: el Logos. Como colaborador 

del Logos, puede ver la naturaleza bajo el punto de vista del Logos y observarla 

como un ser humano, es decir, como si fuera su propio Creador. Esos Maestros 

de Sabiduría, esos agentes del Logos, dirigen el proceso evolutivo en todas sus 

fases, estando subordinadas cada fase a la vigilancia de un departamento especial, 

Jerarquía o la Gran Fraternidad. Conducen la modelación o la desintegración de la 

materia, tanto en los mares como en la tierra; dirigen la evolución y las caídas de las 

naciones, proporcionando a cada una, la antigua Sabiduría que pueden asimilar”.

99