Ramatís
ca se refiere al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, cuyo aspecto
trifásico podría ser admitido por la ciencia del mundo en los as-
pectos de Espíritu, Energía y Materia, o Pensamiento, Voluntad
y Acción, correspondiendo a la Ley de equilibrio, movimiento
y forma.
Pregunta:
¿No cabe la posibilidad de que esa concepción
trifásica de la Santísima Trinidad, adoptada por la Iglesia Cató-
lica, implique una creencia sobre un potencial divino politeísta?
Ramatís:
Dios es Único y no se le debe confundir con los
tres aspectos conceptuados por el hombre, como si fuera otras
entidades creativas y que también dirigen el Cosmos. El mismo
hombre, aunque sea un único ser, puede manifestarse al mismo
tiempo bajo tres aspectos distintos y trifásicos: pensar, sentir
y accionar. Mientras tanto, ello sucede sin que sufra alteración
alguna en su intimidad e individualidad constitucional. El fe-
nómeno de Dios Único, y al mismo tiempo manifestándose tri-
fásicamente, sin alterarse íntimamente, nos recuerda el ejemplo
un tanto rudimentario, pero sugestivo, de lo que sucede con el
agua. Se mantiene inalterable en su estructura original, aunque
pueda presentarse bajo el aspecto trifásico, de caliente, perfu-
mada y en colores, sin afectarle su contextura íntima. El agua
simbolizaría a Dios, inmodificable, el Todo integral; el calor nos
recordaría al Espíritu, que da vida; el perfume, la energía que
construye y el color, la materia, ¡qué tiene forma color y pésol
De ahí los motivos, porqué en el libro “Mandukyopanis-
lad” de la tradición brahmánica, el hombre está considerado un
“microcosmos” único y monístico, pero bajo el triple aspecto de
“cuerpo mental, etérico y físico”. Además, los espiritas, bajo al-
gún impulso oculto de la sabiduría psíquica, aprecian la versión
moderna del triple aspecto divino, pues consideran al Espiri-
tismo como una doctrina; Religión, bajo el aspecto de energía
divina que religa a la criatura con el Creador; y Ciencia porque
investiga los fenómenos y demuestra las leyes del Universo.
Pregunta:
Finalmente, ¿debemos imaginar el Universo y a
su Creador a través de la existencia de su propia obra? ¿Exis-
te alguna otra posibilidad para que nuestra mente humana se
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