Ramatís
lúricas del medio donde fue plantada. Una vez que crece y se
emancipa, dando sus flores y frutos, está simbolizando el triun-
fo alcanzado en su etapa superior. Bajo la energía telúrica que
emana de la especie animal, instintiva e implacable, el espíritu
del hombre, como la especie vegetal injertada en el tallo salva-
je, deben oponerse a la fuerza bruta de la savia agresiva para
generar los frutos sazonados, en la imposición definitiva de los
principios superiores y espirituales. El cuerpo carnal es el caba-
llo salvaje, en donde el espíritu acciona bajo la disciplina de las
reglas y las tendencias de la vida física, pero debe sobreponerse
a la tiranía del instinto animal, que ayuda, ¡pero también escla-
viza! El espíritu del hombre asoma a la periferia del suelo de la
vida humana, para activar y desarrollar el amor y la sabiduría,
que son los principios fundamentales del futuro ángel.
Pero, aún le es imposible a la criatura humana abarcar y
comprender en su estadía microcósmica, respecto al metabolis-
mo y objetivos divinos, impuestos por Dios, los que funcionan
en el sentido de transformar y sublimar la conciencia limitada
del hombre, para que alcance una frecuencia superior, ¡por la
cual podría percibir la esencia del Creador!
Pregunta:
Si el hombre fue “hecho a imagen de Dios” y po-
see en si mismo “el reino divino”, ¿por qué causa comete equi-
vocaciones y necesita ser corregido? ¿Cuál es el motivo de esa
precariedad divina en la criatura humana?
Ramatís:
¿Qué valor tendría el hombre, creado por Dios
para ser feliz por toda la eternidad,’ si él no fuese el autor de su
propia “conciencia”? A pesar de la protesta justificable, de que
no existe mérito ni valor alguna de que la criatura sufra, para
después llegar a ser venturosa, ¡mucho peor sería que fuera un
producto automatizado y elaborado mecánicamente y en serie!
La
auto-realización es la transformación preliminar que ga-
rantiza un futuro venturoso, puesto que el espíritu sabe cons-
cientemente de la aplicación de sus poderes creativos y de la
posibilidad de plasmar, en las formas del mundo, toda la intui-
ción superior, como es la poesía, arte e imaginación sublime.
No importa que el hombre, en principio, confunda los valores
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