Ramatís

sar el que fue extraído.

En verdad, el hombre nada crea de original, sólo descubre 

y aprovecha las cosas que existen, es decir, recoge los frutos de 

un Creador, llamado Dios. Los civilizados se asombran de la 

radio y de la TV, pero eso es posible gracias a la existencia de 

los campos electromagnéticos que rodean al Cosmos, que exis-

ten antes de que el hombre tuviera conciencia de sí mismo. La 

cápsula Apolo consiguió alcanzar el suelo lunar, gracias al uso 

de la ley de gravitación universal, que une los astros y regula 

las órbitas siderales. Los computadores electrónicos ayudan al 

cerebro humano y efectúan los más complejos cálculos, gracias 

a los metales que estaban depositados en el seno de la tierra y 

que más tarde, sirvieron para modelar y fabricar la instrumen-

tación cibernética.

Pregunta: 

En base a tantas complejidades y hechos inex-

plicables que nos sorprenden y confunden; ¿cómo podríamos 

comprobar la bondad del Creador a través de sus obras?

Ramatís: 

La bondad de Dios se manifiesta intencionalmen-

te hasta en las cosas más repugnantes y aparentemente inútiles.

Existe un sentido beneficioso y protector en el equilibrio 

natural respecto a cualquier hecho de la vida, sin que se nece-

site mucho talento y erudición para que el hombre vislumbre 

un fenómeno tan simple. Por ventura, ¿el nacimiento del lirio o 

del loto en medio del fétido lodazal, configurando la flor en su 

más pura virginidad y perfume, no es una de las más sublimes 

demostraciones de la Bondad Divina, que enseña el Amor en 

todas las expresiones de la vida?

Basta que la criatura sensible y sin premeditaciones ob-

serve detenidamente la intimidad de los acontecimientos des-

agradables o trágicos, considerados inútiles o costosos, para 

descubrir el motivo de una inteligencia oculta que trabaja en el 

mundo espiritual, modelando en la materia las futuras formas 

de estética angélica. Es el caso del pasto, por ejemplo, vegetal 

que hasta hace poco tiempo era juzgado como de muy poca 

importancia, ¡pero en la actualidad, la ciencia se sorprendió al 

comprobar que poseía todas las vitaminas! Y, es de fácil com-

probación, porque el caballo, el buey y otros animales de gran 

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