Ramatís
desesperados animales en costosos safaris, y después se enva-
nece comentando su prodigiosa puntería saboreando un costoso
vaso de whisky. Pero, si el tigre o el león lo mata por el derecho
recíproco de defensa, entonces, el “pobre” cazador fue víctima de
una terrible fiera.
Pregunta:
¿Podríais demostrarnos algunos de los objetivos
de esas leyes, que actúan sobre nuestro mundo, y que además
nos permitiría comprobar la Sabiduría, Bondad, Justicia, Poder
y Amor de Dios?
Ramatís:
Para comenzar, os recordamos la eficaz ley del
progreso y el orden económico de la Vida, que acciona e inter-
penetra a todas las cosas, comprobando que Dios actúa cons-
tantemente en el sentido de proseguir con el perfeccionamiento
de la Creación.
Un ejemplo sencillo es el fenómeno de la botánica, bajo
el conocido “tropismo”, como economía de la Vida. En la lu-
cha constante de los vegetales por la sobrevivencia, el “instinto”
les da la orientación para la continuidad de la vida. Cuando
la planta nace entre las piedras, lucha obstinadamente hasta
que sus raíces encuentran un poco de agua para sobrevivir; la
que nace en la sombra, se alarga desproporcionadamente hasta
alcanzar la luz del sol, en el fenómeno de heliotropismo, bus-
cando la energía del astro rey para atender su metabolismo;
las plantas más débiles se adhieren a los árboles fuertes, para
sobrevivir como plantas parásitas. Las plantas que nacen sobre
los desperdicios e inmundicias, en el milagroso fenómeno de
la alquimia vegetal, extraen el humus que las transforma en
especies atractivas y ofrecen sus flores perfumadas y vistosas;
ciertos vegetales producen un perfume particular, que atrae los
insectos y prende en sus patitas el polen, transformándolos en
fecundado-res de la especie. Otras plantas carnívoras, elaboran
un perfume hipnótico, que atrae a los insectos imprudentes y los
aprisiona entre los pétalos de las flores, a fin de devorarlos, cual
alimentación excéntrica.
Son principios que accionan en el mundo pequeño de los
vegetales, pero que comprueban la acción de las leyes derivadas
de la Ley Suprema, manifestándose en sabia coherencia e innata
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