Ramatís

la concepción bíblica y tradicional de un Dios antropomorfo, 

que puede alegrarse u odiar, premiar o castigar, perdonar o sen-

tenciar. Ya no cree en una divinidad que sólo se preocupa con 

amigos y enemigos de ciertos pueblos.

Bajo tales conjeturas, la Administración Sideral providen-

ció la codificación del Espiritismo, a través del trabajo fecundo 

de Allan Kardec, entregando una doctrina sin dogmas, y cuyos 

postulados retoman los temas de la Creación, la Vida y el Es-

píritu Inmortal, pero sin forzar el progreso de la ciencia y el 

avanzado raciocinio del hombre moderno.

Pregunta: 

¿El hombre alcanzará algún día alguna compro-

bación de la vida inmortal y la existencia de Dios, aunque siga 

sus investigaciones en forma exclusiva a través de la ciencia del 

mundo exterior?

Ramatís: 

No se puede trazar barreras definitivas entre el 

intelecto y la emoción, la razón y el sentimiento, el cerebro y 

el corazón, porque el hombre no es un producto dualista, que 

dispone de departamentos psíquicos y antagónicos. En verdad, 

el sentimiento ilumina y clarifica la razón, pues mientras el in-

telecto planifica, investiga y saca sus conclusiones, el corazón 

sublima la actividad mental, que sobrepasa los límites comunes 

de las formas físicas del mundo transitorio. Además, la propia 

figura del ángel, enseñada por la Iglesia Católica, indica que 

el alma liberada sólo puede moverse a través del tránsito si-

deral, siempre que logre alcanzar perfecto equilibrio entre sus 

dos alas, en que una significa la razón y la otra, el sentimiento 

emancipado.

Infelizmente, el dogmatismo religioso, actualmente, aisla a 

las personas por fuerza de las preferencias devocionales, exigen-

cias dogmáticas y excéntricas, expuestas por la religión y según 

el temperamento y costumbre de cada pueblo. En cambio, la 

libertad de culto y la libre investigación que proporciona la ac-

tividad científica, puede unir fraternalmente a los hombres y 

hermanarlos en la búsqueda de Dios y de la Vida Inmortal. No 

existen antipatías ni competiciones, cuando los investigadores 

se basan en el mismo proceso de investigación espiritual.

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