El Evangelio A la Luz del Cosmos 

sin dogmas limitativos y escenas aparatosas de los rituales li-

túrgicos.

Pregunta: 

Bajo vuestra conceptuación espiritual, ¿cuáles 

son los motivos que las religiones poseen y que contribuyen a la 

incredulidad de los hombres, en vez de convertirlos a la realidad 

eterna?

Ramatís: 

En la intimidad de los movimientos religiosos, de 

todos los pueblos, debe existir la misma explicación iniciática y 

portillados básicos. Ello debe ser fundamental, aunque varíe la 

simbología y las interpretaciones apropiadas a las costumbres y 

tradiciones de cada raza o pueblo. Dios y la Creación han sido 

explicados bajo avanzadas concepciones de los seres humanos, 

conforme a cada época, es decir, están fundadas en el mejor 

conocimiento’ de la humanidad, a los efectos de configurar al 

Autor Divino. Siendo así, en la época de Moisés y del génesis 

bíblico, la tierra todavía era considerada como el centro del uni-

verso; el sol, la luna y los astros estaban fijos en el firmamento. 

Eran una especie de adornos creados por Dios, para satisfacción 

de la humanidad terrena.

La creación bíblica del Universo, plasmada en seis días y en 

el séptimo Dios descansó por estar cansado, sólo puede satisfa-

cer y ser respetado en la época de su concepción 

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. Hoy, gracias 

al progreso científico y técnico, esa teoría se viene abajo ante la 

crítica de un alumno de primer grado y se vuelve aberrante para 

cualquier institución religiosa o espiritualista. En consecuencia, 

las religiones día a día se debilitan, ante la obstinación de sus 

responsables que aún conservan y divulgan postulados anacró-

nicos, supersticiosos o místicos, que no resisten al más diminuto 

análisis científico.

Nota del Médium: 

Además, existen cosas totalmente gra-

ciosas en el Génesis, en donde Dios creó los cielos, la tierra, en 

las cuales había tiniebla y Él se mantenía sobre la superficie 

de las aguas. ¡Después hizo la luz, y vio que la luz era buena; y 

separó la luz de las tinieblas; llamó a la luz; día y a las tinieblas; 

noche! ¡Dios hizo el mundo en siete días, pero al final hizo los 

días en segunda instancias!

El hombre del siglo atómico reacciona irónicamente, ante 

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