El Evangelio A la Luz del Cosmos 

mos valorar por el efecto resultante, cómo es la causa creadora. 

¡Le bastaría al hombre analizar e investigar las leyes justas, sa-

bias y coherentes que rigen el Universo, para percibir la existen-

cia de un Autor inteligente, sabio, amoroso y tradicionalmente 

aceptado como Dios!

Los billones de astros que transitan por el Cosmos, sin cho-

ques, atropellamientos o desarmonías, pero disciplinados bajo 

la regencia de leyes que les ajustan el ritmo y la traslación ló-

gica, serían más que suficientes para comprobar a las mentes 

racionales y sensibles, sobre la acción sabia y coherente de la 

Ley Divina, bajo el control de una Suprema Inteligencia que di-

rige el Cosmos. Sumisos y agrupados por afinidades magnéticas, 

los orbes intercambian entre sí sus propias energías, aumentan 

sus vidas, y ajustan las temperaturas, presiones y estructuras 

geológicas, para atender las necesidades del planetario, como 

escuelas de los más variados tipos de seres en actividad sobre 

la superficie física.

Indudablemente, que la existencia de una mente cósmica, 

sabia y justa puede responsabilizarse por la generalidad de los 

fenómenos y hechos que suceden en el Universo, bajo implacable 

y constante perfeccionamiento. El hombre que no tiene presun-

ciones académicas, al estudiar las leyes que rigen la naturaleza, 

el destino de su mundo y el de sí mismo, siente que Dios existe 

como la causa de las leyes vigentes, que lógicamente, están mu-

cho más allá de la capacidad y el entendimiento humano.

Pregunta: 

¿Las personas que creen incondicionalmente en 

la existencia de Dios, sin oponer cualquier tipo de dudas, tienen 

una naturaleza más privilegiada que la de los ateos, o poseen 

alguna facultad distinta sobre el resto de los hombres?

Ramatís: 

El espíritu del hombre, en la manifestación pri-

maria de su conciencia, por principio fundamental desarrolla y 

memoriza los valores que percibe, observa o suceden en la peri-

feria de la vida física. Se parece a una especie de computadora 

viva, de raciocinio propio, donde archiva y acciona constante-

mente el resultado de sus anotaciones y nociones de su vida 

espiritual, en base a los hechos que lo retienen en la materia, 

situándose cada vez más alejado de la caverna de los troglodi-

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