Ramatís

esencialmente fraterno y afectivo, ha de ofrecer el clima deseado 

para la futura sede del Vaticano.

Cuando todo ello suceda, se podrá comprobar la excéntrica 

profecía de que en la hora de los tiempos, el Papa se unirá con 

un hombre que tiene nombre de mujer, es decir, que se tras-

ladará hacia Brasil, que es nombre masculino, pero se situará 

en Brasilia, que tiene nombre de mujer, y consecuentemente, el 

lugar mejor escogido por tratarse de la capital federal brasileña.

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