El Evangelio A la Luz del Cosmos 

mica, es una vibración sideral e infinita, que se distingue en la 

persona por su estado amoroso, incondicional e infinitamente 

creador. El espíritu “crístico” es aquel que sobrepasó la frontera 

de la egolatría y deshizo la personalidad del “hombre viejo”, 

cultivada en los procesos múltiples de los mundos físicos por su 

desconocimiento de la realidad espiritual.

El amor es la naturaleza real de Dios. El hombre sólo toma 

conocimiento de la autenticidad divina, del Amor Absoluto, a 

través de su propia manifestación crística. Es un estado sideral 

superior y exclusivo de los ángeles, que amparan a los hombres 

particularmente de los arcángeles, que vitalizan a los planetas, 

constelaciones y galaxias. Son las entidades pletóricas de Amor, 

que en su conciencia sideral estimulan, impulsan y orientan a 

las humanidades para proseguir la evolución espiritual en sus 

respectivos planetas.

Son una especie de fuentes vivas que donan, concentran y 

dirigen ese Amor Cósmico hacia las vidas menores. Nos recuer-

da a los transformadores siderales, que reducen la frecuencia 

de la Usina Divina para dar vida, en su justa frecuencia, a los 

astros y a los seres que los pueblan.

Pregunta: 

¿Qué diferencia existe entre el hombre cristiano 

y el crístico?

Ramatís: 

El hombre crístico es el seguidor de la doctrina 

cristiana, cuya base es el Evangelio divulgado por Jesús con el 

advenimiento del Cristianismo, mientras que el hombre cristia-

no se manifiesta en defensa de una creencia o secta de su simpa-

tía, sea Catolicismo, Protestantismo, Adventismo, Umbanda y 

aún Espiritismo, que no es doctrina sectaria. El hombre crístico 

no posee espiritualmente definiciones particularizadas o prefe-

rencias religiosas, pues absorbe y cataliza, en su intimidad, la 

esencia interior de su Cristo o Arcángel Planetario, cuyo estado 

espiritual alcanza a todo el orbe y hasta las constelaciones. El 

Amor Cósmico de Dios se manifiesta a través de sus Arcán-

geles y Ángeles con la vibración adecuada a las humanidades 

encarnadas y en aprendizaje espiritual. Los arcángeles accionan 

en el sentido de plasmar la Luz Creadora de la Vida Cósmica, 

acorde con las necesidades del consumo de los orbes y sistemas 

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