Ramatís

ésta ha sido promovida para la educación secundaria en lo es-

piritual. El profeta Juan es bastante explícito, pues además de 

mencionar las cualidades que los identificará como a la izquier-

da del cristo, aún deja entrever que serán apartados del orbe 

terráqueo, es decir, “arrojados” en el lago ardiente de fuego y 

azufre. Se sabe que el fuego y el azufre son los temas funda-

mentales con que la tradición espiritual indica los lugares de 

purificación y de sufrimiento en el Más Allá de la tumba. En fin, 

es un ambiente inferior y primario donde predomina el fuego 

y las fuerzas destructoras, sofocantes y repulsivas, símbolo de 

un mundo en formación y tipo antediluviano. Aunque no exista 

en el seno de Dios ningún propósito de castigar a nadie, quien 

fuera “arrojado” en tales regiones ha de sufrir la acción dolorosa 

del medio, pero purificadora en base a las energías agresivas 

y primarias. El lago que arde en fuego y en azufre podría re-

cordarnos al lodo o barro medicinal que se utiliza terapéutica-

mente para limpiar la excrecencias y residuos de la piel de las 

mujeres, o los llamados “charcos purgatoriales” existentes en el 

mundo astral y primario.

El apóstol Juan utiliza hábilmente las imágenes que juzgó 

eran las más apropiadas para describir la región o condición 

de vida inferior y desagradable, capaces de definir el mundo de 

exilio de los terrícolas, que fueran reprobados en la hora actual. 

Dice Juan que serían “arrojados”, o sinónimamente, “apartados” 

de la tierra.

Pregunta: 

Considerando que el espíritu es la base impres-

cindible e indestructible de la personalidad humana, aun así 

¿los exilados deberán borrar de su mente las recordaciones de 

sus vidas sobre la tierra?

Ramatís: 

En verdad, el periespíritu, que es la organización 

configuracional del espíritu eterno, se parece a un avanzado e 

indestructible video-tape que graba hasta la caída de un cabello 

de la cabeza de la persona, según dice el aforismo popular. Sin 

embargo, es bueno distinguir entre la palabra “grabar” y “repro-

ducir” periespiritualmente,- puesto que “grabar” es participar de 

inmediato de los hechos y fenómenos enfocados, y “reproducir” 

exige lo más difícil, que es la evocación de esos mismos hechos. 

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