El Evangelio A la Luz del Cosmos 

futuras podrán recapacitar sobre las lecciones que despreciaron 

en la tierra.

Pregunta: 

En esa separación del “trigo” y la “cizaña” terríco-

la, ¿cuál sería la cantidad de espíritus colocados a la izquierda 

del Cristo, como así también, qué porcentaje alcanza a los “de la 

derecha”, basándonos en nuestra actual población?

Ramatís: 

Bajo el vaticinio de la estadística sideral, se pre-

sume que dos tercios de vuestra actual humanidad formarán el 

conjunto de espíritus que se colocarán a la izquierda del Cris-

to, los que deberán emigrar hacia otro mundo inferior, donde 

sus habitantes se hallan en la edad de piedra. El otro conjunto, 

constituido por los de la derecha y que comprende un tercio 

de vuestra población, podrán reencarnar en el orbe terráqueo 

próximamente, es decir, en el próximo milenio.

Pregunta: 

¿No es un contrasentido que los espíritus apro-

bados en el actual “Juicio Final” y a la derecha del Cristo, tengan 

que encarnar nuevamente en la tierra, donde sufrieron tantas 

dificultades, sacrificios y decepciones físicas?

Ramatís: 

En base a la verticalización del eje de la tierra, 

que en la actualidad se está produciendo lentamente, pero com-

probada por la variación de los climas tradicionales, de las al-

teraciones de los ambientes físicos y del fuerte deshielo en los 

polos, en el próximo milenio vuestra tierra presentará mejores 

condiciones de habitabilidad. El tema del “fin de los tiempos” 

está lógicamente previsto en la cronología sideral de vuestra 

constelación solar, que además de prever y preparar una mejo-

ría geofísica y geodinámica del orbe terráqueo, actuará conco-

mitantemente con la necesaria selección y clasificación espiri-

tual de la humanidad.

Hasta el presente, la tierra todavía se encuentra clasificada 

en el magisterio sideral como un mundo físico de educación 

espiritual primaria, por cuyo motivo está habitada por espíritus 

instintivos, rebeldes, sensuales, ambiciosos, perversos, agresivos 

y fuertemente apegados a las necesidades animales. Conforme 

dice la máxima popular, “Cada casa con su dueño”, y nosotros 

diríamos, “Cada escuela con su alumno” en que la mejoría del 

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