Ramatís
germinar, se confunde fácilmente, pues ello recuerda a ciertas
criaturas que, a pesar de su figura convencional y aparentemen-
te correcta, perjudican solapadamente las actividades producti-
vas y beneficiosas de otras personas.
Pregunta:
¿Cuál fue el sentido íntimo y espiritual que llevó
a Jesús a ejemplificar su enseñanza evangélica a través del trigo
y la cizaña?
Ramatís:
Bajo la sabia y sublime visión de Jesús, la cizaña
simboliza toda reacción e interferencia nociva que se hace a la
siembra de la palabra de Dios.
Pregunta:
¿Nos podéis decir que fue lo que atrajo al Maes-
tro Jesús para componer la parábola del trigo y la cizaña?
Ramatís:
Jesús recurrió al ejemplo del trigo sano y de la ci-
zaña perniciosa al evocar cierto hecho que sucede comúnmente
en Oriente, cuando por motivos de celos, venganza o maldad,
el labrador inconforme y vengativo, mandaba a sus secuaces a
sembrar ocultamente en el campo del vecino la cizaña en medio
del trigal, dado que a éste las cosechas le venían muy bien. Ello
era efectuado por la noche, a escondidas, cuando dormían los
labradores perjudicados, pero jamás realizado bajo la luz del
sol. La cizaña era sembrada de forma tal que sólo era percibida
por los perjudicados cuando el mal les había invadido toda la
siembra.
La sorpresa era tal para sus dueños que llegaban a des-
confiar de sus labradores, pensando que podrían haberlo hecho
instigados por sus malos instintos o por estar a sueldo de los ve-
cinos envidiosos. De tal forma, ello pasó a considerarse como si
fuera una “segunda siembra”, pero solapada, avasalladora, que
minaba lo bueno y desconcertaba al sacrificado labrador.
Pregunta: ¿Qué
otras ilaciones educacionales el Maestro Je-
sús aplicó sobre lo sucedido con los malos labradores, respecto
a sembrar la cizaña ocultamente al lado de la buena semilla?
Ramatís:
Jesús se servía muy a gusto de esa parábola que
describía la venganza y el despecho del mal vecino cuando sem-
braba lo malo dentro de lo bueno, porque de ello sacaba eficaz
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