El Evangelio A la Luz del Cosmos 

sus experiencias pasadas. Sin embargo, es la mente la que pro-

porciona al espíritu desencarnado el poder de trasladarse tan 

velozmente como el pensamiento, hacia las regiones distantes 

como a las latitudes diferentes de la región sideral. En lo que se 

refiere únicamente al equipo mental del periespíritu, le exigiría 

muchos siglos al hombre más estudioso y sabio conocer el 10 

% de su fabulosa estructura. Es un maravilloso instrumento de 

conexión entre el reino divino y el mundo material, siendo el pe-

riespíritu el que proporciona las posibilidades para que la vida 

psíquica se plasme en prodigiosas configuraciones humanas, y 

que ha de permitir, en el futuro, la sublimación de los hombres 

en ángeles.

Pregunta: 

Desearíamos conocer algunos datos sobre los sis-

temas u órganos responsables por los diversos fenómenos de la 

vida de relación del periespíritu; ¿nos podéis atender?

Ramatís: 

Es evidente que el hombre piensa, desea, siente, se 

emociona y acciona en dirección a cierto plano o campo de su 

vida mental emotiva. Por lo tanto, es natural que su equipo pe-

ri-espiritual, es decir, el más importante organismo de su indivi-

dualización psíquica en el seno de Dios, también sea dotado de 

sistemas y órganos, que sean tan eficientes como para expresar-

se sensatamente’ en su condición espiritual. Cada pensamien-

to, actitud mental, emoción o sentimiento, produce diferentes 

acciones periespirituales en su intimidad, a fin de manifestarse 

y ser comprendido por los demás, como estar acorde a su con-

ciencia en vigilia. Sin lugar a dudas, conforme a la naturaleza 

superior o inferior de cada acción periespiritual, ha de saberse 

lo que respecta a la conducta pasional o capacidad intelectiva 

del espíritu operante. Es lo que recuerda Pablo de Tarso cuando 

se refería intencionalmente a las “nubes de testimonios”.

La ciencia terrena cada día se deslumbra y asombra ante 

la complejidad del cerebro físico, que considera el centro de la 

inteligencia humana. Mientras tanto, es el “transmisor” de la 

inteligencia y facultad absoluta del espíritu inmortal. A pesar 

del esfuerzo loable de los científicos humanos en la investiga-

ción del cerebro humano, muy poco están sabiendo sobre los 

circuitos invisibles, las reacciones químicas y corrientes eléctri-

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