Ramatís

causa de ser poseedores de la túnica nupcial, es decir, que ha-

bían alcanzado la purificación espiritual. Por tal causa llamaba 

la atención la presencia del “intruso” por ser de graduación infe-

rior y no vestir acorde a la tradicional fiesta del rey.

Pregunta: 

¿Nos podéis explicar con más precisión respecto 

al espíritu y lo que se refiere a la túnica nupcial?

Ramatís: 

El espíritu humano es la centella o llama de luz, 

la síntesis de todas las facultades creadoras divinas, es decir, la 

miniatura del propio reino de Dios. En el Génesis (capítulo V, 

vers. 1) se enuncia que el “hombre fue hecho a imagen de Dios”, 

mientras que el Maestro Jesús confirma el enunciado al decir: 

“Vosotros sois dioses” y cuando dice; “Yo y mi Padre somos 

uno”. La túnica nupcial mencionada en la parábola del “Festín 

de Bodas” es el ropaje del espíritu que le da la configuración 

humana, pero en su última etapa de perfeccionamiento en los 

mundos transitorios de las formas, translúcidos e inmaculados 

posee la intensidad y pureza del ser eterno. Es el producto de 

millones o billones de años de luchas, equívocos, amores, odios, 

alegrías, tristezas, venturas, tragedias, luces y sombras, hasta 

que el ángel del altruismo consigue eliminar el animal del ata-

vismo de los instintos de la carne.

Pregunta: 

Al mencionar la túnica nupcial, ¿estáis querien-

do simbolizar al periespíritu descrito por Allan Kardec en el 
Libro de los Espíritus?

Ramatís: 

Es verdad, la túnica nupcial del “Festín de Bodas”, 

corresponde al periespíritu enunciado por A. Kardec, en su li-

bro mencionado por vosotros 

[1]

puesto que se trata del cuerpo 

ovehículo inmortal que preexiste y sobrevive a la muerte del

cuerpo físico de la persona humana. Existe el “cuerpo carnal” y 

el “cuerpo espiritual”, conforme decía Pablo de Tarso, pues en 

sus epístolas mencionaba que el “hombre nuevo” se renueva por 

el espíritu, debiendo substituir el traje roto, deteriorado por el 

“hombre viejo” que todavía es esclavo de las fuerzas animales 

Así como el germen del fruto está rodeado del periespermo, así también el espí-

ritu propiamente dicho está rodeado de una envoltura, que por combinación puede 

llamarse periespíritu. “Comentario de Allan Kardec extraído de la pregunta 93, 

tema “Periespíritu” del Libro de los Espíritus, Editorial Kier S.A., Bs. As.

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