Ramatís

la Ley del Karma, tan conocida por los reencarnacionistas. El 

periespíritu, además de promover la configuración o aspecto 

humano en torno a la centella espiritual y eterna, se transfor-

ma definitivamente en el centro de todas las actividades del ser. 

Y, partiendo de esa configuración humana, primitiva y grosera, 

milenio tras milenio, sometida a constantes perfeccionamientos 

a través de las más variadas energías del mundo físico y del 

reino espiritual, entonces se sublima hasta alcanzar la belleza 

angelical, consagrándose como una maravillosa lámpara viva, 

que emana nítidamente de su intimidad eterna, ¡la luz divina!... 

He ahí porqué en el “Festín de la Boda”, el periespíritu se con-

sagra en la figura fascinante y lucífera de la “túnica nupcial”, el 

vestido eterno del Espíritu 

[5]

.

Nota del Médium: 

Ver el capítulo “La túnica Nupcial”, de la presente obra, 

donde Ramatís explica detalladamente la naturaleza y estructura del periespíritu 

y sus transformaciones durante la vida física, conforme a los estudios del alma de 

la criatura humana.

275