El Evangelio A la Luz del Cosmos 

Pregunta: 

¿Existe alguna veracidad respecto al temido Lu-

cifer, que es tan temido por los religiosos, creyentes del Cristo y 

el Infierno?

Ramatís: 

Es innegable que el tan temido Lucifer de la le-

yenda católica debe sentirse en la actualidad como una entidad 

“superfrustrada”, después de haber manejado recipientes de 

agua y aceite hirviendo. Debido al sadismo y perversidad del 

hombre terreno, que a través de la bomba atómica destruyó 

120.000 japoneses en Hiroshima, en el más espantoso infierno 

hasta ahora imaginado, inclusive con el efecto de las bombas 

Napalm en su arrasamiento incendiario, el Diablo deberá desis-

tir de su macabra tarea, avergonzado de su ineficacia e impo-

tencia para atormentar a los pecadores, a través del fuego con 

olor azufre del infierno. Después de tanta frustración y humi-

llación, además de la precariedad de su infierno anacrónico e 

incapacitado para atender y castigar a la creciente cantidad de 

pecadores, que día a día aumenta notablemente, es casi seguro 

que Lucifer debe haber abandonado esa profesión primitiva y 

cansadora, ¡quedando desilusionado por toda la eternidad!...

Pregunta: 

Aunque nosotros sepamos que sólo Dios puede 

definir a Dios, sin embargo, nos agradaría saber cuál es el pro-

ceso o diferenciación que distingue positivamente al hombre del 

superhombre, y el animal respecto al ángel.

Ramatís: 

Aprovechando al máximo posible vuestros con-

ceptos intelectivos y dualistas, diríamos por ejemplo, que lo 

opuesto de enfermo, malo, ignorante, feo, impuro o superhom-

bre, nuestra conceptuación terrícola sería, lo más sano, lo mejor, 

lo más sabio, lo más bello y lo más puro del hombre, respecti-

vamente- El mejor entendimiento para esa distinción cultural y 

que sobrepasa el límite de las concepciones humanas y posibles 

para la mente terrícola, es considerar los vocablos que expresen 

lo “máximo” y superior sobre la vida física. Es evidente que la 

concepción de lo perfecto exige que su examen y comparación 

sean realizados sobre una base “menos perfecta”, a fin de poder 

conceptuar lo mejor, por encima y más allá de la base que nos 

sirve de ejemplo. Considerad como el día más perfecto aquel 

cuya luz solar diafaniza las formas del mundo y proporciona 

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