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“CON EL JUICIO CON QUE JUZGAREIS; SERÉIS JUZGADOS; Y 
CON LA MEDIDA CON QUE MIDIEREIS, OS VOLVERÁN A MEDIR”

(Mateo, Cáp. VII, vers. 1 y 2)

Pregunta: 

Cuando Jesús recomendó el concepto, “No juz-

guéis para no ser juzgados”, o “No condenéis y no seréis conde-

nados”, ¿se dirigía únicamente a la raza judía o su pensamiento 

tenía motivación universal?

Ramatís: 

El Maestro siempre se servía de las imágenes del 

mundo terreno, conocidas en su época, para exponer las en-

señanzas espirituales, para que el hombre pudiera asimilarlas, 

lo más profundamente posible, puesto que se encontraban más 

allá del límite objetivo de la vida física. En base a su sabiduría 

incomún, Jesús conformaba sus parábolas en tal forma que aún 

hoy sirven de ejemplo efectivo, a pesar de ser descripciones y 

encuadres correspondientes a aquella época, pues estimulan y 

orientan la dinámica mental para un mayor conocimiento sobre 

la vida inmortal del espíritu. Gracias a la persistente dedicación 

y a las conclusiones inteligentes de Allan Kardec para confor-

mar la doctrina espirita, el hombre actual puede valorar con 

más precisión las leyes y los fenómenos de la vida espiritual. Y 

bajo el mecanismo disciplinado de la mediumnidad, los espíri-

tus mensajeros e instructores, cuando dictan sus pensamientos 

por intermedio de médiums preparados, estudiosos y fieles a 

los principios kardecianos, ayudan a la humanidad a percibir el 

contenido esotérico del Evangelio de Jesús, permitiendo realizar 

una interpretación más espiritual y menos humana.

Las enseñanzas de Jesús nos recuerdan a la energía de 

“alto voltaje” 

sideral, que puede regularse conforme a la ca-

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