El Evangelio A la Luz del Cosmos 

que los descendientes de cierta familia, desencarnan a través de 

accidentes producidos en las aguas (muerte por asfixia), cum-

pliendo con el Karma de la piratería, cuando arrojaban al mar 

a los tripulantes de los barcos capturados. Otras veces, existen 

padres infelices, cuyo único destino es procrear hijos retarda-

dos, mogólicos, hidrocéfalos o esquizofrénicos, ignorando que 

fueron responsables por el vicio de la cocaína, morfina y opio, 

afectando a los actuales espíritus reencarnantes y también com-

prometidos.

Mientras la humanidad ignore el concepto evangélico que 

dice: “A cada uno le será dado conforme a sus obras”, jamás el 

hombre alcanzará a tener la gracia de una existencia tranquila. 

Bajo la regencia del “libre albedrío”, que permite al espíritu or-

ganizar su vida en los mundos físicos, aún así, está encuadrado 

en el programa rectificador de su karma, lo cual, sin duda algu-

na, fue la causa que terminó por reducir la acción de ese libre 

albedrío. El espíritu debe pesar y balancear los perjuicios que 

cause al prójimo, pues toda vez que pone en acción fuerzas que 

han de atender a sus satisfacciones, necesidades y placeres lo 

hace bajo su responsabilidad. Por el concepto, de que “La siem-

bra es libre y la cosecha obligatoria”, el hombre debe medir ri-

gurosamente el efecto de sus pasos en la senda humana, porque 

ineludiblemente ha de tener que “pagar hasta el último centavo” 

sobre la culpa o perjuicio causado a otro.

Pregunta: 

¿Nos podéis esclarecer un poco más respecto al 

karma individual de un pueblo o de un planeta?

Ramatís: 

Repetimos; existe el karma del individuo y el kar-

ma de la familia, que es el activo y el pasivo de los espíritus 

que allí se congregan. De igual forma, existe el karma de una 

ciudad, que comprende el karma de los miembros del conjunto 

de las familias residentes. La suma del karma de las ciudades 

conforman el karma del país, y la suma del karma de los países 

es el resultante del continente, y por último, la suma del karma 

de los continentes es el karma del propio orbe.

Considerando la diversidad de planetas que existen en el 

sistema solar y sus correspondientes funciones, como orbes 

educativos en lo primario, secundario o universitario, por así 

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