Ramatís

toda suerte de sufrimientos y dolores, si en realidad quería al-

canzar el “Reino de Dios”.

Pregunta: 

¿Qué significa liberarse de Maya, según dice la 

tradición orientalista?

Ramatís: 

El espíritu del hombre sólo podrá liberarse de 

“Maya” 

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 que lo ata a la rueda de las encarnaciones humanas, 

cuando espontáneamente y con valor elimine los deseos y accio-

nes del mundo físico, para aspirar exclusivamente a la vida del 

mundo angélico. Decía Pablo de Tarso que solamente cuando 

“muere” el hombre viejo y renace “el hombre nuevo”, el espíritu 

consigue alcanzar su vuelo hacia los planos de ventura sideral 

y eterna.

Jesús dejó muy bien aclarada la gran diferencia que existía 

entre el plano espiritual del “Reino de Dios”, y el “mundo del 

César”, de la existencia humana, con todas sus fascinaciones y 

deseos, que aprisionan al espíritu en las telas seductoras de las 

vidas transitorias y perecederas.

El Reino de Dios es la vida libre del espíritu inmortal, don-

de todo es definitivo y venturoso, cuyos seres felices, jamás se 

turban por el miedo, angustias y aflicciones, propias del mundo 

transitorio y donde el hombre se desgasta con el uso indiscrimi-

nado de los cinco sentidos físicos y sufre la influencia extrasen-

soria del mundo oculto, que es coincidente con el mundo físico 

creado por el mismo hombre.

El hombre que busca el “Reino de Dios” y desea su libe-

ración de los ciclos reencarnatorios, podrá liberarse del yugo 

carnal, después que haya desechado cualquier tipo de interés 

opasión por la materia. Mientras exista el mínimo deseo sobre

los valores y placeres físicos, a pesar de los esfuerzos realiza-

dos para ascender sideralmente, se ha de parecer al águila que 

surca la amplitud del cielo, pero cuando le acucia el hambre, 

desciende al suelo y mata para saciar su apetito. Esa liberación 

ha de ser sacrificada, pero definitiva, un total rompimiento con 

los valores y bienes del mundo material, tal como lo hicieron los 

Maya, 

vocablo tradicional del sánscrito que significa “ilusión” sobre la vida física, 

que en verdad, se transforma, envejece y desaparece; lo que no persiste y aquello en 

lo que el hombre se enreda, como si fuera la tela de la araña, imantado por la fuerza 

atrayente de las formas físicas, y a su vez, aniquilado por la misma.

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