Ramatís

de Asís y tantos otros, desconocidos para la humanidad.

Pregunta: 

De acuerdo a vuestras enseñanzas, nosotros sa-

camos nuestras conclusiones, de las cuales definitivamente con-

cordamos, que entre el reino de los bienes materiales del mundo 

físico y el reino de Dios no hay separación ni delimitación abso-

luta. ¿Estamos en lo cierto?

Ramatís: 

Estáis en lo cierto y reiteramos una vez más que 

la Unidad es indisoluble y, como Dios es Único, jamás podrá ser 

dividido. En el largo camino que el espíritu emprende para to-

mar conciencia de existir y en base a las experiencias físicas que 

promueve, es que necesita de los contrastes y concepciones limi-

tadas, dualistas y polimorfas, porque es incapaz de vislumbrar 

la realidad inmensurable que existe más allá de su sensibilidad 

humana. Sin embargo, a través de esa dualidad es que el hom-

bre comienza a advertir la Unidad, así como el vapor de agua es 

el mismo elemento en estado líquido, por lo cual, siendo aspec-

tos diferentes, provienen de una misma sustancia. El Universo 

Único está inmanente en cada partícula, puesto que el Todo está 

hecho de una única materia prima, que originariamente no es 

dado verse con la vista humana.

Una gota de agua del océano, una vez analizada demuestra 

lo que es el Todo oceánico, así como Dios existe en el hombre, 

porque sentimos que las mismas leyes que rigen la vida de los 

protozoarios es la misma que acciona en cada célula de la cria-

tura humana y nos induce a comprender las leyes consecuentes 

del Macrocosmos- En consecuencia, Dios se manifiesta en todos 

sus componentes por la Omnipresencia, vibrando en el musgo, 

en la tela de la araña o en un trozo de piedra preciosa.

Siendo así, el espíritu que transita por el mundo de los bie-

nes materiales, o de la conciencia relativa, hacia la conciencia 

del espíritu de luz, que tiene una visión más amplia sobre Dios, 

nos recuerda al viajero, que no pidiendo alcanzar con su mente 

finita la inmensidad del Cosmos, sólo le queda el recurso de in-

vestigar y analizar a los planetas de nuestro sistema solar, para 

poder extraer conclusiones sobre la constitución del Universo.

Así como el agua bajo intenso calor se descompone en sus 

elementos constitutivos, oxígeno e hidrógeno, también bajo la 

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