Ramatís

vió los sentidos espirituales adecuados para disfrutar ese evento 

superior.

Pregunta: 

¿De qué forma debemos entender la advertencia 

de Jesús, cuando dice: «No se debe servir a dos señores”? Esa 

explicación, ¿no implica una concepción marcadamente peca-

minosa del mundo material?

Ramatís: 

Esa enseñanza de Jesús encara una cuestión de 

orden, emanada de la Ley Única, directora del Universo, porque 

el espíritu, como un fragmento lucífero de la Divinidad, no pue-

de, al mismo tiempo, servir al mundo exterior y transitorio de la 

materia y al reino interno y definitivo, que es el Espiritual En-

tre ambos existe inconcebible diferencia vibratoria y de sentido 

creador, pues el mundo de la materia es la vida transitoria, cuyo 

desgaste es continuo en base a la fuga de la energía condensa-

da en las formas físicas, mientras que el reino divino de Dios, 

comprende la energía libre, que acciona en su estado normal 

y creador. Los mundos físicos son envolturas transitorias que 

aprisionan la energía y toman aspecto de “compacta”. Parecen 

reales y concretos para los sentidos humanos, pero no dejan de 

ser cual ropaje exterior de Dios, que cambia cada “Gran Plano” 

o “Manvantara”.

El hombre sólo alcanza éxito y poder en el ambiente donde 

vive, después que conoce las leyes que gobiernan los fenómenos. 

Siendo así, investiga, analiza, pesa y valoriza, aumentando su 

conocimiento en la penetración, cada vez más profunda sobre 

las bases de la vida real. Es la eterna preocupación de saber 

sobre el infinito y de dónde procede, así como también, va am-

pliando el acervo de su propia individualidad.

Después que alcanzó la formación de su conciencia y men-

talidad en el mundo de la materia, debe contribuir al progreso 

de su morada física y que también resultó ser su academia es-

piritual; entonces se hace merecedor de un curso más avanzado 

respecto a la organización planetaria, a fin de seguir buscando 

la Realidad Divina. Después que se dio cuenta de los motivos 

que afectan a las formas físicas y transitorias del mundo tierra, 

al término de un prolongado aprendizaje, doloroso pero alta-

mente compensador, el espíritu alcanzó la hipersensibilidad de 

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