Ramatís

inmutables, pero aunque se observe ilusoriamente el dualismo, 

siempre existe la unidad. El hombre consigue liberarse viviendo 

en la materia, conforme dicen las leyes manifestadas por Jesús 

a través de su peregrinar por la tierra. Es la matriz original, 

que plasma las formas del mundo material, como una envoltura 

exterior, pero provisoria y conocida como universo físico, el cual 

está conformado por galaxias, constelaciones, astros, planetas, 

satélites y asteroides. Es el banco escolar para los espíritus vír-

genes, simples e ignorantes, cuya función y meta definitiva es 

conformar y organizar su conciencia individual, hasta poseer la 

noción de existir en el seno de Dios.

Pregunta: 

La enseñanza evangélica de que “no se puede ser-

vir a Dios y a las riquezas”, ¿no implica una separación de dos 

mundos, que se encuentran en conflicto y que son opuestos? 

¿Con ese enunciado, no se quiere valorizar únicamente al reino 

del espíritu y se condena al mundo de la materia?

Ramatís: 

Ya os dijimos que Dios es Único y el Universo 

monista; de esa forma jamás podrá haber conflictos en la con-

cepción de dos mundos, los cuales existen y, además, conforman 

el mismo Cosmos. Se trata apenas de un propósito educativo y 

conciliador, concebido por los líderes espiritualistas, a fin de 

poder distinguir las diferentes operaciones legislativas que ac-

túan en polos opuestos, pero manteniendo presente un mejor 

conocimiento sobre la Unidad Divina. No existe separación en-

tre el “reino de Dios” y el “mundo de las riquezas” sino que se 

distinguen por la forma de vida, totalmente opuestos, aunque 

aparente, porque en su realidad no modifican la Unidad funda-

mental de la Vida Cósmica. Se trata de un punto de apoyo men-

tal y humano, cuyo contraste permite que el espíritu limitado 

del hombre efectúe investigaciones, análisis y conclusiones, que 

le han de ser favorables para alcanzar perfección en su concien-

cia individual.

El espíritu trabaja objetivamente en el mundo de las rique-

zas materiales, en una investigación y observación centrípeta, y 

al mismo tiempo organiza y perfecciona la forma; sin embargo, 

por intuición siente íntimamente la naturaleza centrífuga y real 

de Dios. El instinto animal, que acciona a través de las leyes 

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