Ramatís
el Espíritu planetario?
Ramatís:
Es muy significativo el diálogo sucedido entre Je-
sús, Simón Pedro y los demás apóstoles, cuando les pregunta:
“¿Y vosotros quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pe-
dro, le dijo: El Cristo de Dios”. Finalmente, después de cierta
reflexión, Jesús mandó a sus discípulos que no dijesen a ningu-
no que él era Jesús, “El Cristo”. (Lucas, IX, versículos 20 y 21,
Mateo, XVI, versículos 15, 16 y 20).
En este relato, Jesús admitió que estaba representando a
otro ser, como ser el Cristo
[11]
, y que hacía mucho tiempo lo
inspiraba y que también fuera percibido por vía de la intuición
de Simón Pedro.
Más tarde, cuando hablaba a las turbas y a los apóstoles, el
Maestro esclareció su condición de ser un mediador del Cristo,
que sin dudas de ninguna especie, lo manifestó de la siguiente
forma: “Mas vosotros no queráis ser llamados Maestros; porque
uno solo es vuestro Maestro, y vosotros todos sois hermanos. Ni
os llaméis Maestro, porque uno es vuestro Maestro, el Cristo”.
(Mateo XXIII, vers. 8 y 10). Es evidente que Jesús habló en la
primera persona y se refirió al Cristo en la segunda, puesto que
tenía el propósito deliberado de destacar al Espíritu Planetario
del orbe terráqueo de su propia identidad humana, ya que por
su reconocida humildad, jamás llegaría a titularse un Maestro.
Por otra parte, innumerables pasajes del “Nuevo Testamento”
hacen referencias a Jesús, llamándolo el Cristo (Mateo XXVII,
vers. 17 y 22), presuponiéndose que más tarde llegó a admitirse
como el Cristo, Ungido o Enviado.
Además, Jesús no esclareció mejor ese asunto, en virtud
de que los apóstoles no podían asimilar y entender, en aquella
época, la compleja realidad de que él era una entidad, y que a su
vez, representaba a otra, que era el Cristo o Arcángel Planetario.
Evidentemente, la falta de cultura, la limitación religiosa de los
judíos, no les permitía raciocinios tan profundos como la idea
de un espíritu planetario.
11
Ver capitulo “Los Ingenieros Siderales y el Plano de la Creación”, de la obra
“Mensajes del Astral”, de Ramatís, que explica minuciosamente las particularida-
des de los Cristos Planetarios y Constelatorios, como así también, ver la obra inti-
tulada “Así decía Jesús”, de Huberto Rhoden, en el capítulo “Ninguno va al Padre
a no ser por mí”, en donde el autor, paralelamente a Ramatís, hace un profundo
estudio sobre la diferencia entre el Cristo y Jesús.
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