Ramatís

ciencia, porque el reino de Dios, en realidad, está en el propio 

hombre.

Pregunta: 

¿Entonces, nos queréis decir que tanto Jesús, 

como la generalidad de los espíritus encarnados o desencarna-

dos, llegarán a ser arcángeles en el futuro?

Ramatís: 

Entendisteis bien; bajo los conceptos de Justicia, 

Sabiduría y Amor de Dios, donde no existen gracias ni privile-

gios, Jesús es el ángel y alcanzó ese grado sideral por el esfuerzo 

realizado a través de milenarias experiencias en los ciclos de 

vidas físicas. El también fue una entidad primaria, cuyos prime-

ros pasos evolutivos tuvieron similar comienzo, en las cavernas 

de los trogloditas.

Cada espíritu posee una edad sideral, correspondiente a su 

tiempo de haber adquirido su conciencia en el Cosmos; así, el 

salvaje que apenas sobrepasa el lenguaje animal, emitiendo los 

primeros sonidos de la palabra humana, es un ser primario y 

brutal, comparado con la figura de un hombre común y civi-

lizado. Todo espíritu virgen e ignorante de su origen cósmico 

y divino, un cierto día comienza a tener conciencia de saber 

que existe, cuando alcanzó la individualización en el seno de la 

Energía Divina; de ahí en más, jamás será destruido o desinte-

grado por la eternidad. Repetimos, entonces, que todo espíritu 

un día “nace” en el seno del Cosmos, pasando a vibrar como un 

ser distinto y con noción de su propia conciencia y estado de 

existencia personal. Al ser creado de la esencia de Dios, que es 

eterna, jamás desaparecerá después de iniciar su propia indi-

vidualidad. Bajo un grosero ejemplo, diríamos que el espíritu 

de cada hombre es como la gota del océano, pero que un día 

comenzó a tener noción personal de que era una gota, aunque 

por ello no se desvincule de la inmensidad oceánica a que per-

tenece y vive.

El proceso de nacimiento, desenvolvimiento y emancipa-

ción de conciencia es absolutamente único, por cuyo motivo, el 

santo de hoy fue el diablo de ayer, así como el diablo de hoy será 

el santo de mañana. Consecuentemente, Hitler llegará a ser un 

Gandhi, porque Gandhi pudo haber sido un Hitler, y Nerón será 

un Francisco de Asís, ¡porque éste pudo haber sido un Nerón!... 

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