El Evangelio A la Luz del Cosmos 

libre” o demérito alguno, por someterse a las ataduras de la 

“energía condensada”.

La evolución es el fruto de una operación espontánea, un 

impulso ascendente, que existe en el seno de la centella por fuer-

za de su origen. A medida que se consolida el núcleo de concien-

cia, aun en el mundo del Espíritu, la tendencia primaria de esa 

conciencia es abarcar todas las cosas y formas, por cuyo moti-

vo no se estaciona, aunque aparentemente podrí; pensarse que 

el fenómeno fisiológico lo detendría, mas ese in pulso creador 

de Dios, que late en su intimidad, la impulsa constantemente. 

Siendo así, el más insignificante átomo de conciencia espiritual, 

creado en el seno del Cosmos, jamás podría quebrantar el im-

pulso divino que acciona en su intimidad para el perfecciona-

miento, y consecuentemente, para alcanzar la condición angéli-

ca. Todo ello es el fruto de la legislación global del universo, que 

mantiene la igualdad, sin prever privilegios o diferenciaciones 

en la prolongada ruta del Espíritu en busca de la ventura eter-

na. Todo Arcángel fue un hombre, y todo hombre será un arcán-

gel; esa es la Ley.

Por otra parte, la importancia de la vida y el perfecciona-

miento del espíritu no radica en el valor que se le da a la organi-

zación provisoria y utilizada para despertar su conciencia, sino, 

en el auto desenvolvimiento que puede haber alcanzado, ya sea 

habitando la tierra o el espacio. No existen milagros ni engaños 

por parte de Dios; ninguna entidad espiritual, aunque sea un 

Logos Solar, podrá enseñar, orientar y sustentar humanidades 

encarnadas si no es una conciencia absolutamente experimen-

tada en aquello que pretende realizar. No existiendo gracias 

inmerecidas, ni privilegios divinos, obviamente, los arcángeles 

también hicieron su trayectoria sideral bajo el mismo proceso, 

que compete a la generalidad de las criaturas, en su eterno y 

meritorio perfeccionamiento. Si un Arcángel o Logos Planetario 

puede tomar contacto con el espíritu de un mediador, como lo 

hizo el Cristo con Jesús y resultó un evidente progreso espiri-

tual, más tarde o más temprano el propio Jesús alcanzará la 

frecuencia y condición de un Arcángel, entonces será llamado el 

“Hijo Sideral”, puesto que es un Cristo, cuyo estado espiritual 

es absoluto Amor, expresión ésta muy humana, que quiere decir 

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