Ramatís
Ramatís:
Es muy necesario saber distinguir entre el mundo
del “César”, que es provisorio y limitado por las formas, y el
mundo que enseña la pedagogía sideral, cuyo reino espiritual
es ilimitado, infinito y eterno. De la misma forma que nadie
conseguiría explicar con precisión el todo del Universo Mate-
rial, también resulta imposible explicar el elemento divino en la
morfología de los mundos físicos y transitorios. Lo que puede
comprenderse es la tesitura, la fisiología del cuerpo humano, del
cual se extraen ilaciones o conclusiones equivocadas sobre el es-
píritu, pero jamás la realidad sobre éste. Y, como el Cristianismo
trata esencialmente del espíritu en su conquista dinámica e ili-
mitada del reino de Dios, ninguna institución del mundo tendrá
la última palabra, puesto que lo único factible y realizable es
divulgarlo de acuerdo a sus normas, a fin de alcanzar una vida
perfecta y amplia, de acuerdo a la simiente original.
A las instituciones, credos, sectas y demás movimientos or-
ganizados que exponen el Cristianismo a través de padrones,
cuyas fuentes contienen dogmas, ritos, cultos y obligaciones
particulares se las podría considerar como una especie de jar-
dineros, que buscan proteger la planta en desarrollo, debido a
que todavía es tierna y muy delicada. Sin embargo, las flores
crísticas de esa simiente del “Reino de Dios”, han de alcanzar
su fin, cualquiera que sean los obstáculos interpuestos por el
mundo transitorio del César. La dinámica del Cristianismo eter-
no jamás podrá ser alcanzada por institución espiritual alguna
de la tierra, debido a que esa dinámica no es concepción de
ningún cerebro humano. En los planos divinos, jamás se ideó
tales eventos, puesto que la organización carnal está delimitada
por los modelos de la vida humana, para lo cual podrá servirse
de esa dinámica, pero jamás someterla como esencia divina y
eterna.
Pregunta:
Considerando que Jesús fue un sublime y fecun-
do labrador, que sembró inigualablemente la palabra del Señor
en los diversos terrenos, en lo que respecta a los tipos humanos,
¿nosotros tenemos la obligación de seguir la senda que nos tra-
zó, o podemos elegir indistintamente?
Ramatís:
Es indiscutible que los alumnos, con el tiempo,
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