El Evangelio A la Luz del Cosmos
Pregunta:
¿Nos podríais explicar, en forma más descripti-
va, la amplitud del simbolismo de la simiente, como expresión
genuina de los mensajes espirituales transmitidos por Jesús?
Ramatís:
Al referirse a la configuración, vitalidad y poder
de la simiente, Jesús la comparaba al movimiento evangélico de
liberación de los seres de la tierra. El Cristianismo, cimentado
en los preceptos definitivos del Evangelio, representaba la co-
secha y salvación de los hombres en la lucha por la liberación
de las cadenas de la animalidad. El era uno de los sembradores
que trabajaba en el campo del alma humana, mientras que la
simiente representaba el más perfecto de los mensajes crísticos,
cuya perfección estaba sujeta al árido y heterogéneo suelo de la
existencia física.
El Cristianismo, cual muestra sutilísima del “Reino de
Dios”, puede ser cultivado por el espíritu a pesar de estar sujeto
a la materia, así como la simiente crece en el suelo y se trans-
forma en un majestuoso árbol. La doctrina del Cristo se refiere
con más propiedad a los desventurados y enfermos kármicos,
así como el árbol nacido de la buena simiente es capaz de am-
parar bajo su sombra tanto a los seres santificados como a los
perversos. La pequeñita simiente que fue arrojada al suelo físico
por la generosidad y el estoicismo del Divino Sembrador, germi-
nó, dio raíces, creció, floreció y se transformó en una generosa
planta, cuyas ramas se extienden hasta vuestro siglo, cobijando
a las criaturas más heterogéneas y de contradictorios estados
espirituales.
Sin duda, el árbol del Cristianismo, hoy desarrollado, ofre-
ce una hermosa y protectora frondosidad, pero también tiene
adherido en su tronco, parásitos indeseables, como son los mo-
vimientos religiosos personalizados y politizados, según el po-
tencial y la cualidad de la simiente primitiva. Pero, como Dios
es fuerza y acciona en lo íntimo de la vida, un día este árbol
florecerá con el máximo de esplendor y dará nuevos y sazo-
nados frutos. Aunque se observe un reverdecimiento anómalo
cuantitativo y cualitativo en las religiones que se inspiran en
el Cristianismo, la médula continúa siendo la evangélica y ori-
ginal, y un día despuntará como un hermoso árbol, libre de los
injertos de inferior calidad, que hasta el presente se fijaron en su
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