Ramatís

servicial, tolerantes, y por encima de todo, fieles en su procedi-

miento con el prójimo, y muy respetuosos con los principios de 

la vida espiritual.

Pregunta: 

¿Jesús censuraba a los creyentes que todavía no 

podían entender o absorber el significado oculto de las enseñan-

zas del Evangelio?

Ramatís: 

Jesús nunca condenó, y recordemos que a su 

persona corresponde la advertencia: “No juzguéis para no ser 

juzgados”, o aquello que dice: ‘’Con la misma medida con que 

mides serás medido”, dejando el precedente de que conocía per-

fectamente las deficiencias humanas. Le cupo la misión de espe-

cificar y distinguir las cualidades apropiadas para conducir, a la 

brevedad, el alma humana hacia el “Reino de Dios”. Los cuatro 

tipos de terrenos enunciados en la parábola del sembrador no 

sólo definen los grados evolutivos entre los seres humanos, sino 

que demuestran a través de los ejemplos citados en los terrenos, 

en qué época el espíritu está viviendo, con más propiedad, su 

presente encarnación.

El terreno inaccesible y duro, que la simiente no llega a 

penetrar, corresponde a la etapa del niño en lo espiritual, cuan-

do es espíritu encarnado mal comprende su condición humana, 

cuya inteligencia es prácticamente sensorio-motora y la efec-

tividad fuertemente egocéntrica. El terreno rocoso es la etapa 

evolutiva de una inteligencia ligada a las formas concretas, y 

cuya efectividad apenas sobrepasa el ambiente familiar, que se 

aparta fácilmente de cualquier trabajo que no aporte interés 

alguno; el tercero de los terrenos, donde la simiente penetra, 

germina y crece, pero está asfixiada por las espinas y arbustos 

salvajes, se subentiende que son aquellos que desarrollaron la 

inteligencia y alcanzaron un estado intuitivo, que les permite 

concebir el valor de la simiente, pero por desgracia no saben 

cuidar su crecimiento.

En el cuarto y último de los terrenos, la simiente fructifi-

ca con éxito, pues encuentra la condición favorable y nutritiva, 

simbolizando al período de la inteligencia cuya predisposición 

está capacitada para entender lo abstracto, en donde la expe-

riencia del espíritu le brinda las condiciones de aprender y asi-

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