El Evangelio A la Luz del Cosmos 

Partiendo de la investigación científica rudimentaria e in-

vestigando el fenómeno de la estructura material, el hombre 

buscando la verdad, penetra lento, de a poco, pero con seguri-

dad, en la intimidad de su origen inmortal. Se olvida de su fe, 

pero acelera su sensibilidad psíquica, la cual se sublima ante 

el esfuerzo de investigar y descubrir, ante su determinación de 

“ver y palpar”. El científico también descubre la fascinante pla-

nificación de la Vida en su propia intimidad, oculta a la visión 

normal. Entonces comienza a sentir confianza y fe en una Inte-

ligencia y Sabiduría Psíquica, que debe ser responsable por la 

creación de los fenómenos, disciplinados e inteligentes, que son 

comprobados satisfactoriamente por la Ciencia.

El Evangelio, además de ser un mensaje de fe, que despierta 

en la criatura su potencial divino, demuestra en pequeño las 

leyes del Cosmos, que pueden investigarse científicamente y co-

rregir las conclusiones de un raciocinio ciego.

Pregunta: 

¿Nos podríais exponer algunos conceptos escla-

recedores, en lo que se refiere al Evangelio, como sublime men-

saje de Amor y Fe, pero que demuestre ampliamente las leyes 

que controla o estimulan la evolución de los seres?

Ramatís: 

Reiteramos; el Evangelio es la miniatura de la Ley 

y lo único en lo que respecta a la evolución del espíritu inmor-

tal. Las leyes sociales y el aspecto moral de vuestra humanidad 

especifican sobre la vida predominantemente animal y disci-

plinan las relaciones sociales y civilizadas del corto período de 

una existencia, que media entre la cuna y la tumba, mientras 

que el Evangelio es el contenido total sobre la vida real y defi-

nitiva en todo el Cosmos. En la tierra los hombres necesitan ser 

fuertes, audaces y hasta impiadosos para alcanzar éxito en sus 

empresas, supuestamente felices; bajo la planificación sublime 

del Evangelio, las criaturas son venturosas, siempre que sean 

justas. Al terrícola lo domina el instinto que lo protege y le ga-

rantiza la sobrevivencia en la lucha por los tesoros transitorios, 

mientras que el ángel y el santo fueron hombres transformados 

por el Evangelio, cuya única meta reside en la vida inmortal del 

espíritu. Mientras exista inseguridad, miedo y desventura en la 

vida de los hombres bajo el dominio de las pasiones, la paz y 

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